Por Francis Frangipane
Hace aproximadamente dos mil años se emitió un decreto desde el trono de juicio de Dios. Este decreto otorgaba protección ¨legal¨ a la iglesia contra el diablo. De hecho, cuando Jesús murió por nuestros pecados el “gobernante de éste mundo” fue juzgado. Nuestras deudas fueron clavadas en la cruz de Cristo y canceladas; principados y potestades fueron desarmados (ver Juan 16:11, Col 2:13-15) Por Jesús, nosotros tenemos no solamente el derecho legal de ser protegidos del enemigo, sino a triunfar sobre él.
El sacrificio de Cristo fue tan completo y la decisión judicial de Dios sobre Satanás fue tan decisiva, que la protección divina, suficiente para cubrir aún a toda la iglesia de la ciudad, ha sido otorgada.
La muerte de Cristo es la plataforma legal sobre la cual la iglesia se levanta para hacer guerra espiritual; Su Palabra es la espada eterna que se levanta contra la perversidad. Habiendo dicho esto, debemos reconocer que la iglesia raramente ha caminado en ésta victoria desde el primer siglo. ¿Por qué? La respuesta es ésta: Para obtener la protección de Dios la iglesia debe abrazar la intercesión de Cristo.
Debemos volvernos una casa de oración.
De hecho, la historia de la iglesia comienza con un liderazgo dedicado a la palabra de Dios y a la oración. (ver Hechos 2:42, 6:4)Todos los días los líderes se reunían a orar al Señor (Ver Hechos 3:1). Con ésta claridad de visión y propósito sencillos, la iglesia de Jesucristo nunca tuvo más poder y capacidad de hacer verdaderos discípulos. Estos hombres y mujeres revelaron la pureza del reino de Dios.
El día de hoy, sin embargo, nuestros requisitos para el liderazgo incluyen casi todo, menos la dedicación a la palabra de Dios y oración. Se espera que los líderes sean organizadores, consejeros, personas con personalidad de un ganador cuyo gran carisma por sí solo atrae a la gente.
En Lucas 18: 8, Jesús desafía nuestras tradiciones modernas. El pregunta: ¿Cuando el hijo del Hombre venga encontrará fe en la tierra? Su pregunta es una advertencia para los Cristianos que limitan el poder de Dios para el fin de los tiempos .Jesús nos está llamando ahora a resistir la contraria corriente de nuestras tradiciones. El nos está preguntando como individuos, “¿Encontraré fe en ti?”
Antes de responder notemos que Jesús asocia “fe” con “oración de día y de noche” Lucas 18:7) El no está preguntando “¿Encontraré la doctrina correcta en ustedes? La pregunta del Señor no tiene tanto que ver con el conocimiento correcto sino con la fe correcta.
Lo que creemos es importante, pero cómo creemos es vital para asegurar la ayuda de Dios.
De hecho, el procurar la ayuda sobrenatural de Dios es exactamente el punto de Jesús en la parábola de Lucas 18.
Su intención era mostrarnos que “en todo tiempo” nosotros “debemos orar sin que nuestro corazón desfallezca” (Lucas 18: 1).Para ilustrar la calidad de fe que El busca, El continuó su amonestación con una parábola acerca de la viuda que solicitaba “protección legal” a un endurecido juez (v 3). Aunque el juez al principio estaba mal dispuesto, dado a su continuo ir y venir (v 5) ella obtuvo lo que era legalmente de ella.
Jesús concluye diciendo que si un juez injusto responde a la persistencia de una viuda, “¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia” (ver Lucas 18:1-8)
Comprendiendo las demoras de Dios
Nuestro Juez Celestial no se demorará mucho sobre Su elegido, pero se tardará .De hecho la definición de Dios para “rápidamente” y la nuestra no siempre son sinónimos. El Señor incluye la demora en su plan divino: La demora forja perseverancia en nosotros.
La resistencia es tan crucial en el desarrollo de nuestro carácter que Dios está dispuesto a demorar aún respuestas importantes a oraciones para facilitar nuestra transformación.
Así que, nosotros no debemos interpretar demoras divinas como señales de rechazo divino. Las demoras son armas para perfeccionar la fe .Cristo está buscando encontrar una tenacidad en nuestra fe que prevalezca a pesar de las demoras y retrasos. El busca crear una perseverancia dentro de nosotros que prevalezca sobre la prueba del tiempo y que realmente se haga fuerte con el paso del tiempo. Cuando el Padre ve esta cualidad de persistencia en nuestra fe, esto toca de tal manera Su corazón que El concede “protección legal “a su pueblo.
Adaptado del libro del Pastor Frangipane “ La oración de pacto” – Disponible para la venta en www.arrowbookstore.com