tag:blogger.com,1999:blog-73063621462633535172024-03-16T13:52:46.476-05:00Francis Frangipane Spanish Messagesfrangipane.org/messageshttp://www.blogger.com/profile/10378205780527218537noreply@blogger.comBlogger15125tag:blogger.com,1999:blog-7306362146263353517.post-82743910559111340222024-03-15T10:00:00.001-05:002024-03-15T10:00:00.132-05:00Dos cosas, tan solo dos cosas<p> Por Francis Frangipane<br /><br /><i>Existen tantas cosas que ocupan nuestras mentes, tantos libros, tantos ejemplos, y tantas buenas enseñanzas que merecen nuestra atención, que dicen: “Aquí hay una verdad.” Pero mientras he servido al Señor en estos años pasados el me ha guiado a buscar dos cosas, tan solo dos cosas: Conocer el Corazón de Dios en Cristo, y conocer mi propio Corazón a la luz de Cristo.</i><br /><br /><b>Conociendo el corazón de Dios</b><br />He estado procurando conocer a Dios, escudriñando para conocerlo y conocer la profundidad de su amor hacia su pueblo. Yo quiero conocer el Corazón de Cristo y la compasión que lo motiva. Las Escrituras lo dicen claramente: Jesús amaba a la gente. El evangelio de Marcos nos cuenta que después de que enseno y sano a multitud de enfermos, la gente tuvo hambre. Cristo en su compasión la vio como “ovejas que no tenían pastor” (Mateo 6:34). Para el no fue suficiente ensenarles y sanarlos. Se hizo personalmente cargo de las necesidades de cada uno. Tanto el bienestar físico, como su alimento eran importantes para Él.<span></span></p><a name='more'></a><br />Un chico con cinco panes y dos peces proveyó lo suficiente para que Jesús obrara otro milagro, pero este milagro tenía que ser realizado por el cuerpo dispuesto cansado de Cristo. Considere: Cristo había llevado a Sus discípulos a un lugar aparte a descansar; “Porque eran muchos los que iban y venían, de manera que ni aun tenían tiempo para comer” (Marcos 6:31). <br /><br />Considere: Jesús mismo había ido allí a orar y para ser fortalecido. Porque Su precursor, Juan el Bautista, había sido decapitado esa misma semana a manos de Herodes. Fue en ese estado, cuando Jesús estaba física y emocionalmente exhausto que alimento las multitudes — no en una o en dos ocasiones, sino una y otra vez. “Los iba dando [el pan y los pescados] para que se los sirvieran” (Marcos 6:41- Biblia de las Américas).<br /><br />Miles de hombres, mujeres y niños “todos comieron y se saciaron” (v. 42) ¡Oh, el Corazón de Jesús! El milagro fue para la gente, pero no leemos que hubiera hecho un milagro para Su sustento, excepto por la maravilla de un amor santo que continuamente levanto Sus manos cansadas con mas pan y mas peces. Desde su debilidad en aumento El repetidamente dio para que otros pudieran ser renovados.<br /><br />Por tanto, si mi búsqueda es conocerlo a El, debo reconocer esto sobre Él: Jesús ama a las personas — todas las personas, especialmente aquellos a quienes la sociedad ignora. Por consiguiente, yo debo conocer exactamente cuan lejos El iría por los hombres, porque esa es la misma distancia que El recorrerá nuevamente a través de mi. Ciertamente, debo yo conocer Sus pensamientos concernientes a la enfermedad, la pobreza y el sufrimiento humano. Como Su siervo, soy inútil para El a menos que sepa estas cosas. Si voy a hacer realmente Su voluntad, debo realmente conocer Su Corazón. Por lo tanto, en todos mis momentos de estudio y oración busco más que solo conocimiento; Estoy buscando el Corazón de Dios.<br /><br /><b>Conociendo nuestros propios corazones</b><br />Al mismo tiempo, cuando me acerco al Corazón de Dios, el fuego mismo de Su presencia comienza un profundo trabajo de depuración en mí. En la vastedad de Sus riquezas, mi pobreza se hace evidente. El salmista escribió, “¿Quien subirá al monte del Señor? ¿Y quién estará en Su lugar santo? El limpio de manos y puro de Corazón, el que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño” (Salmo 24:3-4).<br /><br />No podemos si quiera encontrar el monte del Señor, mucho menos podemos ascender a el si hay engaño en nuestro corazón. ¿Como puede uno servir en el lugar santo de Dios sino tiene el alma limpia? Solo los puros de corazón perciben a Dios. Ascender hacia Dios es caminar en el horno de la verdad donde la falsedad es extraída de nuestras almas. Para habitar en el monte santo debemos morar en honestidad, aun cuando a veces parezca que una mentira nos puede salvar. Cada paso ascendente hacia el monte de Dios es un avance de nuestras almas a mayor transparencia, una más perfecta visión de las motivaciones que hay en nuestro corazón.<br /><br />Es este llamado de Dios a ascender el que buscamos. Aun así, nuestra alma interior esta como escondida, asediada por temores y tinieblas, viviendo en un mundo de irrealidades e ilusiones. Es este yo interior nuestro, el alma que Dios busca salvar. ¿Ha descubierto su verdadero yo, la persona interior a quien solo la verdad puede librar? Si, buscamos santidad, pero la santidad verdadera surge de aquí; viene cuando el Espíritu de Verdad revela los lugares ocultos en nuestros corazones. Ciertamente, es la plenitud de la verdad la que nos lleva a la santidad.<br /><br />¡Dios nos conceda un celo por la verdad para que podamos habitar en Su lugar santo!<br /><br />En todas partes hay hombres que presumen conocer la “verdad”, pero no tienen ni santidad ni poder en sus vidas. La verdad tiene que llegar a ser más que doctrinas históricas; más que un museo de artefactos religiosos— o simplemente recuerdos del lugar y el tiempo en que Dios alguna vez obro. Conocer la verdad es conocer el Corazón de Dios tal como fue revelado en Cristo, y es conocer nuestros corazones a la luz de la gracia de Dios.<br /><br />Como miembros de la raza humana, estamos cubiertos por la ignorancia. Escasamente conocemos el mundo a nuestro alrededor; mucho menos podemos conocer la naturaleza de nuestras propias almas. Sin darnos cuenta, a medida que escudriñamos el Corazón de Dios, estamos explorando también el nuestro propio. Porque solo encontrándolo a El nos encontramos nosotros, porque estamos “en Él.”<br /><br />No obstante, a través de ese proceso de escudriñamiento y búsqueda, al exponer mi corazón ante Dios, un sentimiento de temor reverente me invade al hacer mía la oración del Rey David, “Examíname oh Dios y conoce mi Corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mi camino de perversidad, y guíame en el camino eterno "(Salmo 139:23-24).<br /><br />Desmaquillemos nuestras almas y miremos la realidad de nuestros corazones. Yo se que Dios nos ha creado eternamente completes y perfectos en Cristo. Yo lo creo así. Pero en los tres primeros capítulos de Apocalipsis que le fueron revelados a Juan, Jesús no dice a la iglesia que eran “perfectas a Sus ojos.” ¡No! El les revelo su verdadera condición; les señalo sus pecados. Sin ninguna concesión, les demanda que sean vencedores, cada uno en su difícil y singular circunstancia.<br /><br />Como ellos, nosotros también debemos conocer nuestra necesidad. Como en su caso, las almas que queremos salvar habitan aquí en un tiempo real, en un sistema mundial estructurado sobre las mentiras, las ilusiones y la corrupción desenfrenada. Nuestra vieja naturaleza es como los zapatos viejos a los que estamos acostumbrados y con los cuales nos sentimos cómodos y descansados; podemos empezar a actuar carnalmente aun sin darnos cuenta de ello. ¡Los enemigos que nos derrotan están latentes y escondidos en nuestro en interior! Así, ¡el Espíritu Santo debe descubrir y exponer a nuestros adversarios antes que podamos conquistarlos!<br /><br />El profeta Jeremías escribió en relación a la naturaleza del hombre,<br />“Engañoso es el Corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quien lo conocerá?” (Jeremías 17:9). En otras de las oraciones del rey David encontramos un clamor similar: “¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Preserva también a Tu siervo de las soberbias; que no se enseñoreen de mi; entonces seré integro y estaré limpio de gran rebelión” (Salmo 19:12-13).<br /><br />Puede haber en nosotros errores que aun sin darnos cuenta, nos están en realidad dominando. Por ejemplo, ¿nos damos cuenta que cuantas de nuestras acciones son manipuladas por la vanidad y el deseo de ser vistos o aceptados por los demás? ¿Somos conscientes de los temores y desconfianzas que inconscientemente influencias tantas de nuestras decisiones? Podemos tener serios defectos en nuestro interior y todavía ser demasiado orgullosos o inseguros para admitir que necesitamos ayuda.<br /><br />Con respecto a nosotros, ¡tenemos un concepto muy alto de algo que muy poco conocemos!<br /><br />Aun en lo externo, aunque conocemos nuestra pose fotográfica, ¿sabemos cómo lucimos cuando reímos, cuando lloramos, cuando comemos o dormimos, cuando hablamos o cuando estamos enojados? ¡El hecho es que la mayoría de nosotros ignora como es nuestra apariencia exterior para los demás; con mayor razón desconocemos como somos interiormente ante Dios! Automáticamente nuestra forma de pensar, afectada por el pecado cuando el hombre cayó en el Edén, justifica nuestras acciones y racionaliza nuestros pensamientos. Sin el Espíritu Santo estamos casi indefensos ante nuestras innatas y propias tendencias hacia el auto- engaño.<br /><br />Por lo tanto, si hemos de ser santos, debemos renunciar primero a la falsedad. Habiendo sido justificados por fe y lavados en la sangre sacrificial de Cristo, la luz de la gracia de Dios, no necesitamos pretender que somos justos. Solo es necesario que seamos verdaderos.<br /><br />No hay ninguna condenación ni castigo para nuestra honestidad de Corazón. Solamente tenemos que arrepentirnos y confesar nuestros pecados para que ellos nos sean perdonados y limpiados; si vamos a amar la verdad, debemos ser librados del pecado y el auto-engaño. Ciertamente, necesitamos conocer dos cosas y tan solo dos cosas: el Corazón de Dios en Cristo y nuestros propios corazones a la luz de Cristo.<br /><br />El mensaje que antecede fue adaptado del libro del Pastor Francis<i> La Santidad, La Verdad y La Presencia de Dios</i> – versión en inglés - Publicado en español por Editorial Desafío. <br /><p></p>frangipane.org/messageshttp://www.blogger.com/profile/10378205780527218537noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7306362146263353517.post-26243637166287540252024-03-08T10:00:00.001-06:002024-03-09T13:11:20.566-06:00Caminando en vida eterna<p>Por Francis Frangipane<br /><br />La gente del tiempo del fin de Dios "terminará el tiempo". Lo que quiero decir es que, a medida que nos acercamos al fin de la era, aprenderemos cada vez más a caminar en la vida eterna, permaneciendo por encima de los límites, las limitaciones y las presiones del reino del tiempo. Veremos lo que viene y lo evitaremos o lo anunciaremos, pero no estaremos limitados por ello.<br /><br />Jesús enseñó que quienes vienen a Él "tienen vida eterna" (Juan 3:16). Ahora mismo tenemos vida eterna en nuestro espíritu. Sin embargo, ¿cómo accedemos al lugar eterno de la presencia de Dios? Ésta es una cuestión seria, porque nos hemos vuelto más "conscientes del tiempo" que "conscientes de Dios". Horarios, reuniones, citas y plazos alimentan nuestras ansiedades y nos obligan a vivir horizontalmente, en lugar de verticalmente, en la presencia de Dios.<br /><br />El Señor busca librarnos de la ansiedad, pero eso sólo puede suceder si realmente aprendemos a caminar en el Espíritu Santo. La triste realidad es que la mayoría de los cristianos no pasan tiempo con el Espíritu Santo. Oramos, incluso invocando al Señor, pero pocos son los que han cultivado la apertura momento a momento al Espíritu de Dios.<br /><br />"Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que habrán de venir." (Juan 16:13).<br /><br />El Espíritu Santo "nos guiará... hablará... y revelará" lo que de otro modo nunca podríamos saber ni alcanzar. Guiar, hablar y revelar son formas de comunicación. Claramente, el Padre envió al Espíritu Santo para hablarnos.<br /><br />El Espíritu Santo es el Espíritu de verdad. Hay problemas en nuestros corazones que sólo el Espíritu Santo puede revelar y eliminar. Escúchenlo, como Cristo, Él no viene a condenar sino a salvar. Su voz es la Salvación que nos habla.<br /><br />Jeremías dijo que el corazón es más engañoso que todas las cosas. No podemos conocernos objetivamente a nosotros mismos. Sin embargo, el Espíritu Santo, que es el Espíritu de verdad, ve y comprende nuestros caminos. Confía en Él, quien no puede dejarse engañar. De hecho, los antiguos griegos usaban la misma palabra para verdad que para "realidad". Por tanto, podríamos decir con precisión que el Espíritu Santo es el "Espíritu de realidad". Nos muestra la realidad de nuestra necesidad y la realidad de la respuesta de Dios. Escucharlo es escuchar la voz de la vida eterna.<br /><br />Jesús vivió continuamente en unión con el Espíritu Santo. Los milagros que realizó se produjeron mediante el poder del Espíritu Santo. A través del Espíritu vio las cosas que el Padre estaba haciendo; Escuchó las palabras que el Padre estaba hablando. Cada estrategia que se nos ocurra palidece en comparación con ver a Dios y hacer lo que Dios hace, escuchar a Dios y decir lo que Dios dice. Verá, Jesús vivió en la dimensión del tiempo, pero no estaba limitado por ella. Su conciencia siempre estuvo consciente del reino eterno.<br /><br />Ni siquiera la urgente noticia de la enfermedad de Lázaro hizo que Jesús se moviera ansiosamente. Por muy justo que pareciera correr en ayuda de Lázaro, Jesús era consciente de otra realidad. Estaba consciente del Padre celestial. Como sabía que el Padre estaba a punto de resucitar a Lázaro de entre los muertos, vivió sin angustiarse ni dejarse llevar por pensamientos o presiones ansiosas.<br /><br />Oh, cuánto necesitamos caminar en el Espíritu hoy. ¡En cada situación, estaríamos conscientes de la participación de Dios en nuestras vidas!<br /><br />" Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni son sus caminos mis caminos. 9 Así como los cielos son más altos que la tierra, también mis caminos y mis pensamientos son más altos que los caminos y pensamientos de ustedes." (Isaías 55:8-9).<br /><br />Dios tiene un sistema de pensamientos y caminos que están totalmente en otro plano, ¡sin embargo, nos invita a permanecer con Él!<br /><br />Amados, no somos simples seres humanos. Cada uno de nosotros somos un templo para el Espíritu Santo, pero debemos cultivar un corazón que escucha si queremos hacer las cosas que Dios está haciendo. Un cristiano no es simplemente alguien que vive una vida natural, esperando que Dios lo bendiga. No, Dios tiene más para nosotros que eso. Jesús estableció el estándar y nos ha dado el Espíritu Santo para que podamos seguirlo.<br /><br /><b>¿Llenos del Espíritu?</b><br />Cuando nacemos de nuevo, comenzamos un viaje con el Espíritu Santo. El Espíritu nos da dones para ayudarnos a crecer. Nos bautiza en poder para aumentar nuestra eficacia. Todo esto es para guiarnos hasta que seamos realmente llenos del Espíritu Santo, donde pensemos y actuemos como Jesús.<br /><br />Muchos de nosotros pensamos que ya estamos llenos del Espíritu, pero no es así. Tenemos tres litros de nosotros mismos y un litro del Espíritu Santo, y creemos que tenemos un galón de Dios. Todavía hay demasiado autogobierno en nuestros corazones. En Estados Unidos, algunos pastores se identifican como llenos del Espíritu y dicen que pastorean iglesias llenas del Espíritu. Para ser completamente sincero, nunca he asistido a una iglesia que esté verdaderamente llena del Espíritu. En el Libro de los Hechos vemos un cuadro de una iglesia llena del Espíritu. Los líderes se reunían diariamente para orar y, en el camino a la oración, ¡sus sombras sanaban a los enfermos! Sus ofrendas fueron para alimentar a los pobres. Por su sentido de amor y comunidad, tenían todas las cosas en común. En esa atmósfera, la iglesia creció exponencialmente.<br /><br />Sé que algunos están pensando: "Mi iglesia se está acercando a este ejemplo". Oh, olvidé mencionar que en una iglesia llena del Espíritu, si mentías, morías (ver Hechos).<br /><br />Verá, no aceptemos que estamos más avanzados espiritualmente de lo que estamos. Dios desea llevarnos más lejos, más profundamente, hacia la vida eterna. Tener un don espiritual no significa que estás lleno del Espíritu Santo. Nacer de nuevo no significa que también estés lleno del Espíritu. Nunca he conocido a una persona verdaderamente madura espiritualmente que estuviera ansiosa. Nadie que esté nervioso por el tiempo puede verdaderamente ser guiado por el Espíritu Santo.<br /><br /><b>¿A dónde vamos desde aquí?</b><br />En nuestra búsqueda de caminar en la vida eterna, debemos permitir que el Espíritu Santo explore nuestro corazón. Si queremos sintonizarnos con el canal de Dios, debemos desconectarnos del "canal del yo", donde existen las ansiedades, los miedos y los pecados.<br /><br />Quiero un corazón que pueda escuchar a Dios; Quiero percepción que pueda ver a Dios. Nos parecemos demasiado al mundo. ¿Cómo rompemos esto? Pasa tiempo con el Espíritu Santo. Pídele que le hable a tu corazón y luego escribe lo que sientes que te está diciendo. Si queremos más de Dios, debemos cultivar la conciencia de Su presencia y, especialmente, escuchar Su voz.<br /><br />También debemos tener fe y creer que el Espíritu está aquí para ayudar. Zacarías 4:6 nos enseña que no es por nuestra fuerza o poder, sino por el Espíritu del Señor que tenemos éxito. Hechos 2:17 nos dice que en los últimos días Dios busca derramar Su Espíritu sobre toda carne. Me encantan las palabras "derramar". ¡Debemos dejar de pensar en miniatura y pensar en las Cataratas del Niágara!<br /><br />Es hora de salir de la caja llamada "tiempo" y vivir en el Espíritu. No estoy sugiriendo que usted se vuelva poco confiable o llegue tarde a sus citas, sino que se entregue a aprender, a escuchar la voz de Dios y a vivir en Su presencia. Si eres uno de los elegidos de Dios en los últimos tiempos, entonces es hora de superar las presiones del tiempo y caminar en la vida eterna de Dios.<br /></p>frangipane.org/messageshttp://www.blogger.com/profile/10378205780527218537noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7306362146263353517.post-21066260485297831532024-03-01T10:00:00.003-06:002024-03-05T08:36:53.474-06:00Cuidado con el espíritu de contienda<p>Por Francis Frangipane<br /> <br />No es necesario hacer una búsqueda exhaustiva para tomar conciencia del espíritu de contienda que prevalece en nuestro mundo. Nuestro mundo es tal como Jesús lo advirtió: "se ha levantado nación contra nación, y reino contra reino" (Mateo 24:7).<br /><br />Sin embargo, no necesitamos estar familiarizados con los acontecimientos mundiales para que esta invasión de conflictos nos afecte personalmente. La iglesia misma ha tenido tanto conflicto que muchos ahora identifican la capacidad de crear división como una virtud valiente y honorable. Ni siquiera el hogar es seguro, ya que vemos que las tasas de divorcio en el mundo occidental se han disparado en los últimos 60 años. ¿Y quién no está familiarizado con la fenomenal ruptura de las familias y la reciente agitación en nuestro mundo?<span></span></p><a name='more'></a><br />El conflicto ha sabido afectarnos a todos. Amados, debemos reconocer que hay una guerra que se libra contra las relaciones. Nos está golpeando en todos los niveles, y cuanto antes afrontemos este hecho, más rápido podremos ganar nuestra guerra contra él.<br /><br /><b>Origen de la contienda</b><br />Hay muchas fuentes que contribuyen a los conflictos: ambiciones personales, celos y miedo, por nombrar algunas. De hecho, Santiago nos dice que "donde hay celos y ambiciones, allí hay desorden y toda clase de maldad" (Santiago 3:16). Mirar con envidia el papel que otra persona desempeña crea un mundo de "desorden y maldad". David, aunque ungido rey dos veces por Samuel, nunca buscó el lugar del rey Saúl; Juan el Bautista, aunque el más grande de los profetas, nunca tuvo celos del ministerio de Jesús.<br /><br />Santiago nos dice que la lucha engendrada por los celos y la ambición egoísta es "terrenal, natural y demoníaca" (Santiago 3:15). Por lo tanto, para superar los conflictos, debemos reconocer los dos frentes principales en los que avanzan los conflictos: nuestra naturaleza carnal y el reino demoníaco, y la voluntad demoníaca manipulará la carne en todas las formas que pueda.<br /><br />Para repeler este ataque, es vital que busquemos la humildad. Todos somos vulnerables al engaño. La capacidad del enemigo para engañar, francamente, es asombrosa. ¡Recuerde que Lucifer engañó a un tercio de los ángeles, convenciéndolos de que podían ganar una guerra contra su Creador! Estos mismos ángeles habían visto galaxias ser creadas por la palabra que salió de la boca de Dios, pero fueron seducidos por un profundo engaño. Asumir que no podemos dejarnos engañar es en sí mismo un engaño. Por eso debemos aprender a ser "prestos para oír, tardos para hablar y tardos para la ira" (Santiago 1:19). De hecho, mantener un corazón humilde ante el Señor es la mejor arma que podemos tener ante nuestro enemigo.<br /><br />Job 41:15 revela que las "escamas" que protegen a Satanás (llamado Leviatán en este capítulo) están hechas de orgullo. El orgullo es lo que "protege" a Lucifer y le impide arrepentirse, y es el orgullo dentro de nosotros lo que también previene que nos arrepintamos. ¿Qué hubiera pasado si Adán hubiera admitido que estaba equivocado en lugar de culpar a Eva? ¿Qué pasaría si Eva simplemente dijera: "Lo siento" en lugar de culpar al diablo? Gran parte de la separación de las relaciones en nuestro mundo se debe a que simplemente somos demasiado orgullosos para admitir que estábamos equivocados. Poder decir: "Me equivoqué, por favor perdóname" logra evitar muchos conflictos.<br /><br />Además, muchas peleas ocurren porque no logramos comprendernos o juzgamos falsamente basándonos en información insuficiente. El orgullo paraliza nuestras percepciones erróneas. En lugar de que la paz de Cristo nos guíe y proteja, reaccionamos en la carne. Una pelea a menudo no es más que un malentendido manipulado por el diablo hasta que dos reacciones se endurecen formando muros alrededor de nuestro corazón.<br /><br />" El que comienza la discordia es como quien suelta las aguas; Deja, pues, la contienda, antes que se enrede" (Proverbios 17:14). La lucha es como "soltar las aguas". Una vez que el agua cae sobre el suelo, es imposible recuperarla o deshacerla. Por eso Salomón advierte: "abandonad la riña". Puede haber otro momento en el que las cosas estén tranquilas, en el que puedas sentarte en paz y discutir lo sucedido, pero no se logra nada positivo en una discusión acalorada.<br /><br />Sin embargo, todavía hay otro componente del engaño y la contienda. Isaías 27:1 habla de la serpiente, llamándola nuevamente "Leviatán". Pero aquí se le identifica como "la serpiente que huye, Leviatán, la serpiente que se retuerce" (versión estándar en inglés). Isaías llama al diablo la "serpiente retorcida". Personalmente, me ha sorprendido cómo las palabras pronunciadas pueden de alguna manera retorcerse entre el momento que salen de mi boca y el momento en que llegan a los oídos de alguien. A veces la gente está segura de algo que he dicho y yo estoy igualmente seguro de que algo totalmente diferente salió de mi boca. ¿Te ha pasado alguna vez? Satanás es una "serpiente retorcida". Debemos ser conscientes de que tanto el hablante como el oyente pueden estar representando con precisión lo que se dijo y escuchó, pero que un espíritu retorcido se ha interpuesto entre esas dos (o más) personas para dividirlas.<br /><br />Si este es el caso, mantén la calma y simplemente repite lo que acabas de decir. Ora con tus compañeros y toma autoridad sobre la participación de los enemigos. Hagan lo que hagan, no reaccionen mal unos con otros. Leonard Ravenhill dijo una vez: "Si tu enemigo tiene un número de seguro social, tienes al enemigo equivocado". A menudo pensamos que el fruto del Espíritu, el "autocontrol", se refiere a no comer dos galones de helado de chocolate, pero es más que eso. El Espíritu puede controlar nuestra mente y emociones, nuestras reacciones e inseguridades. El fruto del Espíritu Santo se llama "dominio propio". De hecho, la Biblia nos dice que "el Dios de paz pronto aplastará a Satanás bajo vuestros pies" (Romanos 16:20).<br /><br />Por lo tanto, oremos contra los conflictos en todos los niveles, especialmente a medida que aumentan las tensiones. Recuerde también que Satanás se enfurece cuando sabe que le queda poco tiempo (Apocalipsis 12). Si podemos evitar reaccionar erróneamente ante el aumento del conflicto, encontraremos mayores avances esperándonos en todos los niveles.<br /><p></p>frangipane.org/messageshttp://www.blogger.com/profile/10378205780527218537noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7306362146263353517.post-79053276552378072602024-02-23T10:00:00.002-06:002024-02-27T14:05:48.242-06:00El peligro de la carne religiosa<p>Por Francis Frangipane<br /> <br /><b>Dos tipos de conocimiento</b><br />Hay un tipo de conocimiento que es doctrinal, teológico e instructivo, y hay un tipo de conocimiento que nace de una revelación de Dios. Ambos se conocen como "verdad", ambos producen un cierto tipo de persona y ambos son aceptados como "cristianismo".<br /><br />Puedes estar seguro de que Dios quiere que tengamos doctrinas correctas, pero nunca debemos contentarnos simplemente con la acumulación de conocimiento correcto. Porque este conocimiento a menudo sigue siendo sólo un archivo de hechos religiosos; donde la Palabra de Dios es vista más como un museo que como una central eléctrica.<span></span></p><a name='more'></a><br />Cuando detenemos nuestro ascenso espiritual hacia Dios en la meseta del conocimiento doctrinal, nos convertimos en personas que en realidad nunca cambian. En cambio, nuestra vieja naturaleza simplemente pretende ser nueva. Cuanto más nos conformamos con el conocimiento intelectual, nuestro cristianismo comienza a degenerar en un espíritu religioso.<br /><br />Se necesita a Dios para cambiar nuestra naturaleza obstinada y rebelde. Y nuestro Dios poderoso no quiere que falsifiquemos nuestro cristianismo. Él quiere que seas real, donde el conocimiento de tu cabeza se convierta en la realidad de tu corazón. La verdad, desde el punto de vista de Dios, es más que doctrinas. Es la realidad.<br /><br />La diferencia entre la mera verdad doctrinal y la verdad de la revelación es que, con la verdad doctrinal, el corazón de un hombre puede ser engañoso, lujurioso y arrogante y aun así mantener una opinión teológicamente verdadera de Dios.<br /><br />Los fariseos tenían, más o menos, una opinión teológicamente verdadera de Dios, pero Jesús dijo interiormente que estaban llenos de "robo y desenfreno" (Mateo 23:25). Exteriormente parecían santos, pero todo lo que tenían era carne religiosa. Interiormente eran falsos.<br /><br />David conocía a Dios. Visitó la tienda de Dios, donde adoró y oró. De hecho, incluso después de pecar con Betsabé continuó la forma exterior de su relación, pero su corazón estaba lejos de Dios. Cuando se arrepintió, reconoció con reverencia a Dios: "Tú deseas la verdad en lo más íntimo de tu ser" (Salmo 51:6).<br /><br />La verdad doctrinal tiene una ilusión sobre sí misma: la ilusión es que el conocimiento es lo mismo que la rectitud. No lo es. Todos conocemos personas que son criticonas, críticas y chismosas, pero que son capaces de mantener todas las doctrinas adecuadas sobre el amor. Cuando hablan mal de las personas lo hacen con osadía, sintiendo que están sirviendo a Dios.<br /><br />Lo que esta gente tiene se llama "carne religiosa". Por otra parte, la verdad que viene por revelación siempre produce un cambio; siempre nos deja menos seguros de nosotros mismos, más dependientes de Dios y más amorosos hacia los demás.<br /><br />Para derribar las viejas formas de pensar, Dios debe penetrar y eliminar la arrogancia que protege nuestra ignorancia. Debemos perder la confianza en nosotros mismos y volvernos confiados en Dios. Para quebrantarnos, Dios debe confrontarnos.<br /> <br /><b>La espada de Dios</b><br />La forma principal en que cambiamos es a través de la palabra de Dios fortalecida por el Espíritu. Nuevamente, hay dos maneras de ver la Biblia: doctrinalmente o, como realmente es, una espada de dos filos. Cuando leemos la Biblia simplemente a nivel intelectual, podemos adquirir conocimiento, lo cual es bueno, pero ese conocimiento por sí solo nos deja intactos. Si no somos convencidos, desafiados o más perfectamente conformados a Cristo cuando leemos las Escrituras, puede ser porque tenemos un espíritu religioso que está limitando la penetración de la palabra de Dios en nuestra mente.<br /><br />Cuando el Señor se apareció al apóstol Juan en Pathos, Cristo se reveló con una "...espada aguda de dos filos" que salía de su boca; Sus ojos eran dos llamas de fuego. Necesitamos imaginarnos esto, porque la palabra de Dios es una espada. En cualquier medida que no lo veamos como tal, probablemente estemos sirviendo a un espíritu religioso y no al Espíritu Santo.<br /><br />Considere también la profecía de Simeón a María, la madre de Jesús. Él dijo: "...y una espada traspasará tu propia alma, para que se manifiesten los pensamientos de muchos corazones" (Lc 2:35). Note que Él no dijo: "...y aprenderá muchos datos útiles sobre la Biblia para que pueda ganar en Trivia Bíblica". Dijo que una espada traspasará tu corazón y hasta tus pensamientos sean revelados.<br /><br />Verás, cuando viniste a Cristo, no viniste a una religión, viniste a una Persona, una Persona que nos conoce tan bien como Él conoce Su propio cuerpo. Él expone nuestros corazones: ilumina esas áreas oscuras y secretas dentro de nosotros, no para condenarnos sino para liberarnos de las ataduras del pecado y el engaño.<br /><br />Quizás digas: "Bueno, necesito oír que el Señor me ama". Sí, esa es la verdad central que más cambia la vida en la Biblia. Sin embargo, Jesús dice que a los que ama, los reprende y los disciplina. Luego nos dice que seamos celosos y nos arrepintamos (Apocalipsis 3). Su amor no está en un estante en algún lugar, apartado de nosotros hasta que nos lastimemos. No. Su amor es lo que motiva Su palabra cuando habla a nuestros corazones para liberarnos.<br /> <br />Considere cómo se describe la Palabra a sí misma: "La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos, y penetra hasta partir el alma y el espíritu, hasta las coyunturas y los tuétanos, y capaz de discernir los pensamientos y las intenciones del corazón" (Hebreos 4:12).<br /><br />Debería ser normal que descubras áreas que Dios quiere cambiar. Es típico del verdadero cristianismo ver de repente que has tenido pensamientos equivocados o que las intenciones de tu corazón han sido carnales. La voz que sondea tu corazón no es el diablo; es Dios. Él quiere liberarte de la carne religiosa.<br /> <br />Sostenidos por la revelación de Cristo<br />Cuando Dios llamó a Abraham, lo llamó a cumplir una promesa asombrosa. Aunque Abraham era viejo y no tenía hijos, Dios le dijo que iba a ser "padre de muchas naciones". Transcurrieron veintiséis años desde el primer encuentro de Abraham con Dios hasta que nació su hijo, y durante todo el proceso de muchos altibajos, la Escritura dice: "...y Abraham creyó a Dios".<br /><br />Permítanme dejar esto muy claro: Abraham no sólo creía que había un Dios; no, Abraham creyó lo que Dios le había dicho personalmente. Tuvo un encuentro con la palabra viva de Dios que, como una espada, traspasó su corazón. Abraham no sólo tenía una religión acerca de Dios, sino que recibió una promesa sobre la cual construyó su vida.<br /><br />La fe que nos salva es una respuesta viva a la palabra que Dios nos habla. Cualquier cosa que diga la palabra sobre el reino de Dios, Su poder, Su gracia y Su capacidad para cambiarnos, ¡debemos aceptarlo y creerlo!<br /><br />La carne religiosa se ocupa de pretender ser (o parecer) bueno. El alma espiritual tiene su enfoque en la grandeza de Dios, creyendo que lo que Dios ha prometido, también lo puede realizar (Romanos 4:21).<br /><br />¡Tu experiencia con el cristianismo nunca será sostenida por algo que no sea una relación en desarrollo con Jesucristo! ¡La fuerza del cristianismo es Cristo! Cuando estés cansado, Él te dice ven a Él (Mateo 11:28). Cuando tengas hambre, ven a Él. ¿Sediento? Ven a Él. Para todo lo que necesitamos, Él es el camino, la verdad y la vida.<br /><br />Si no logro inspirarte a acercarte más al Señor cuando escuchas de Él y eres sostenido por Él, he fracasado en mi ministerio. La carne religiosa está convencida de que el crecimiento se mide en hechos religiosos. La verdadera espiritualidad, sin embargo, se mide en la profundidad de nuestra hambre de Dios, donde nuestra alma jadea "por el Dios vivo" como el ciervo jadea por el agua.<br /><br />La carne religiosa nunca heredará el reino de Dios, pero un corazón decidido a ser real con Dios encontrará la plenitud de Dios esperándolo.<br /> <br />Oremos:<br /><i>Señor, profundiza en nosotros. Ayúdanos a escuchar Tu palabra hablándonos cuando vengas a excavar nuestra alma de pensamientos y actitudes injustas. Líbranos de la carne religiosa y condúcenos a la plenitud de tu Espíritu. En el nombre de Jesús.</i><br /><br /><p></p>frangipane.org/messageshttp://www.blogger.com/profile/10378205780527218537noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7306362146263353517.post-51570415679057997002024-02-02T10:00:00.001-06:002024-02-02T21:43:33.883-06:00Los que hacen un pacto con Dios<p> Por Francis Frangipane<br /> <br /><b>El Dios que guarda el pacto</b><br />A lo largo de la historia de los tratos de Dios con el hombre, Él se ha revelado como un Dios que hace pactos. El Todopoderoso hizo grandes pactos con Noé, Abraham, Moisés y David; Renovó su pacto abrahámico en su llamado a Isaac y Jacob. Cada pacto inició una nueva ola de poder redentor en el mundo e impactó para siempre la condición humana.</p><p>La palabra pacto significa "encadenar". Era la forma más elevada de compromiso que dos personas podían compartir. Se empleaba cualquiera de los diversos rituales para expresar la unidad de los socios del pacto: se podía pasar una espada, lo que significa que los dos estarían unidos contra el enemigo como uno solo. Podrían pasarse una sandalia entre ellos, lo que simbolizaba que viajarían cualquier distancia para estar uno al lado del otro. O podrían cortar un animal en dos y pasar entre sus mitades. Así como las dos mitades, aunque separadas, todavía eran un solo animal, los dos socios del pacto llegarían a ser un solo individuo.<span></span></p><a name='more'></a><br />Cuando el Señor inició Su pacto con un hombre, lo hizo como una extensión de Su propósito eterno; el hombre era componente de una serie de iniciativas divinas. Dentro del convenio del Señor estaban Su intervención divina, Su sabiduría y estrategias sobrenaturales, Su amor y perdón, y Sus provisiones.<br /><br />Por lo tanto, si miramos el llamado del Señor a Noé, vemos que no fue el arca sino el pacto de Dios lo que preservó a Noé y su familia durante el juicio mundial (Génesis 6:18). Noé fue un componente, un factor de una serie de iniciativas divinas, que cumplieron los planes predeterminados del Señor. Dios estableció el pacto, diseñó el arca y trajo los animales. El Señor incluso cerró la puerta después de que Noé entró en el arca (Génesis 7:16).<br /><br />Cuando el Señor estableció Su pacto con Abraham, dos veces una antorcha encendida atravesó las mitades de los animales que Abraham ofrecía en sacrificio. Los dos pases significaron que Dios cumpliría Su parte del pacto y, sorprendentemente, ¡Él también sería la fuerza en Abraham para cumplir su parte del pacto! Hoy, un Israel restaurado da testimonio de la fidelidad de Dios en Su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y es el pacto de Dios con Abraham, no simplemente el ejército israelí, lo que preserva a Israel en nuestros tiempos.<br /><br />El acuerdo que el Señor hizo con Su socio en el pacto no era sólo para Su siervo, sino que también se extendía a sus descendientes. La promesa que Dios hizo podría transmitirse generacionalmente.<br /> <br /><b>Pago y patrón</b><br />De manera similar, somos salvos y sostenidos durante toda la vida por el pacto de Cristo con el Padre. Nuestra salvación ha sido asegurada no sólo porque Jesús murió por nuestros pecados, sino porque Su muerte fue parte de un pacto que tenía con el Padre. El hecho de que Jesús sufrió por mí es asombroso, pero Su crucifixión fue un componente de una realidad aún más poderosa: Su pacto con el Padre.<br /><br />Los términos del pacto de Cristo eran tales que, si Él vivía Su vida sin culpa y ofrecía esa vida santa en la cruz por los pecados, todo aquel que creyera en el Hijo de Dios recibiría el perdón de Dios. El Padre miraría el sacrificio de Cristo y vería justicia; los pecadores mirarían a Jesús y encontrarían misericordia. Somos salvos por este Nuevo Pacto.<p></p><p>Sin embargo, como discípulos maduros, encontramos en la misión del pacto de Cristo no sólo nuestra paz, sino también un modelo que Cristo nos llama a seguir. Les dijo a sus discípulos: "Como el Padre me envió, así también yo os envío" (Juan 20:21). Habiendo entregado su vida en rendición del pacto, ahora nos pide que lo sigamos (Mateo 16:24). Por supuesto, nuestra cruz no reemplaza la Suya, ni los pactos locales que hacemos con Dios reemplazan el pacto eterno de Cristo. La verdad es que nuestra cruz extiende el poder de la cruz de Cristo a nuestro mundo y tiempos. De hecho, nuestra alianza con Dios encuentra su respaldo gracias a la alianza de Cristo con el Padre.</p><p><i>Así, el Señor nos invita a seguirlo; así como Él hizo un pacto con Dios por los pecados del mundo, así nosotros hacemos un pacto con Dios por nuestros hogares, ciudades y naciones. La alianza nos posiciona en la misma actitud expresada por Cristo, revelada nuevamente a través de nosotros para nuestras familias, ciudades y naciones.</i><br /><br /></p>frangipane.org/messageshttp://www.blogger.com/profile/10378205780527218537noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7306362146263353517.post-18591487182031619572024-01-26T10:00:00.002-06:002024-02-27T14:06:12.745-06:00El verdadero avivamiento: Ser como CristoPor Francis Frangipane<br /><br />Debemos tener tres estándares fundamentales como creyentes. Uno es ser gente de oración. Eso significa que nuestros corazones están posicionados para permanecer en la brecha en oración entre el juicio y la misericordia de Dios. Nuestro objetivo más sincero es manifestar la intercesión de Cristo mismo, donde la misericordia triunfa sobre el pecado en lugar de que la ira divina destruya a los pecadores.<br /><br />Otra de nuestras metas es alcanzar la mansedumbre de Cristo. Esta siempre será una meta porque en el momento en que asumimos que la hemos alcanzado; en realidad lo hemos perdido. Sin embargo, poseer la humildad de Cristo sigue siendo una pasión eterna en nuestro espíritu. Sin humildad, no podemos ver con claridad lo que nos falta de sustancia espiritual. La humildad nos permite crecer en todas las demás virtudes y dones que vemos manifestados en Jesús.<span><a name='more'></a></span><br />Sin embargo, el centro mismo de nuestra visión debe ser alcanzar el carácter y el poder de Jesucristo. La humildad nos ayuda a ver lo que nos falta; la oración nos ayuda a apropiarnos de la provisión de Dios para esa necesidad. Sin embargo, la meta precisa es la revelación completa del Hijo de Dios manifestada dentro de un cuerpo de muchos miembros.<br /><br />La gente define el éxito de muchas maneras: rango de influencia, almas salvadas, iglesias iniciadas, etc. Sin embargo, para mí la definición de una vida exitosa se mide en cuán verdaderamente transformados estamos a la semejanza de Cristo. Cuando somos perseguidos, ¿oramos? Cuando nos atacan, ¿ponemos la otra mejilla? Cuando nos sentimos amenazados por lo imposible, ¿confiamos en Dios? Cuando somos crucificados, ¿perdonamos?<br /><br />Verá, la cuestión no es cuántas personas asisten a la iglesia, sino cuántas se están volviendo semejantes a Cristo. La evidencia del verdadero avivamiento no es si caemos, saltamos, rugimos o nos elevamos, sino qué tan parecidos a Cristo somos el lunes por la mañana cuando estamos en el mundo.<br /><b><br />Una meta</b><br />Lograr la semejanza de Cristo debe convertirse en nuestra vida. En su oración en Juan 17, Jesús dijo: "Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado". No podemos saber quién es Dios sin conocer primero a Jesucristo. Conocer a Cristo es conocer a Dios; Ver a Cristo y lo que Él hizo, es contemplar la belleza de Dios.<br /><br />Considere: el objetivo principal de Pablo no era convertir al mundo, sino revelar a Cristo al mundo. Nunca trazó un plan para escribir dos tercios del Nuevo Testamento. Nunca buscó ni siquiera llegar a ser apóstol. Su única pasión singular era conocer a Jesús.<br /><br />En su carta a la iglesia de Filipos, Pablo revela la causa interna de sus logros externos. Él escribe: " a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte" (Fil. 3:10). Dijo que consideraba "Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo" (Fil. 3:8). Su amor y pasión por Cristo produjeron milagros, poder, virtud, revelación y conversiones de pecadores en el mundo.<br /><br /><b>Cuidado con los perros</b><br />Un cristiano maduro es aquel que ve la semejanza de Cristo como el verdadero objetivo de su salvación (Fil. 3:15). En contraste, Pablo advirtió a la iglesia que había metas que podían despertar un falso fervor religioso, lo que oscurecería nuestra visión de la transformación personal. Así, escribió: "Cuídense de esos perros, cuídense de los malos obreros, cuídense de la falsa circuncisión" (Fil 3:2).<br /><br />En el primer siglo, los perros no eran tanto mascotas como carroñeros, animales que se alimentaban de basura y desechos. De la misma manera, hay cristianos que siempre están olfateando lo que está mal, buscando lo que está corrupto. De hecho, se alimentan del conocimiento de los fracasos de otras personas. Pablo dice que tengamos cuidado con los perros. No te conviertas en un cristiano que se alimenta de basura.<br /><br /> También dice que tengamos cuidado con la "falsa circuncisión" y los "malos trabajadores". Según la Ley judía, la circuncisión de la carne era una de una larga lista de obligaciones dolorosas que eran necesarias para ser aceptadas por Dios. Pablo dice que todas esas obligaciones fueron cumplidas en Cristo. La verdadera circuncisión es algo que Dios hace en el corazón por el Espíritu (Romanos 2:29). Un trabajador malvado era aquel que, entre otras cosas, colocaba sobre el cristiano un yugo de esclavitud religiosa en lugar del yugo de Cristo.<br /> <br /><b>El verdadero objetivo</b><br />Llegará un tiempo en que toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor. Desde ahora hasta el cumplimiento de esa promesa, la iglesia será cada vez más parecida a Cristo. Nuestra pasión debe ser conocer a Jesús y llegar a ser como Él. Debemos alcanzar este objetivo mientras estemos en este mundo, no en el próximo. No será difícil llegar a ser semejantes a Cristo en el cielo; Dios nos quiere semejantes a Cristo en la tierra: en el trabajo, en nuestros vecindarios y en nuestras familias.<br /><br />La conformidad con Cristo es la promesa de Dios para cada uno de nosotros. Las Escrituras nos dicen que "todas las promesas de Dios, en Él son sí" y "amén" (2 Cor 1:20). Cualquiera que sea el motivo por el cual estás creyendo y esperando en tu corazón, Dios dice que la respuesta es "¡sí!" Así es como el Padre ama a su Hijo. Así de alto fue el precio que Jesús pagó por nosotros. Pero primero, si quieres las promesas, tienes que buscar la semejanza de Cristo, porque las promesas están "en Él". La primera promesa que Dios busca cumplir es la promesa de Su Hijo revelada a través de nosotros.<br /><br />El Padre, que nos conoce íntimamente, nos atrae continuamente hacia su conocimiento. Ésta es la esencia de toda verdadera experiencia espiritual. El viaje se describe en el Salmo 139:<br /> <br />“Oh Señor, tú me has examinado y conocido.<br />Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;<br />Has entendido desde lejos mis pensamientos.<br />Has escudriñado mi andar y mi reposo,<br />Y todos mis caminos te son conocidos”.<br /> <br />La palabra traducida "escudriñar" significa literalmente "aventar" en el sentido de separar o filtrar. Dios avienta nuestro camino. Cuando un agricultor avienta el grano, lo arroja al aire con su mezcla de paja y cáscara. Los granos de trigo o cebada caen amontonados en la era, mientras que la paja o los desechos son arrastrados por el viento. David está diciendo que esto es lo que Dios hace con nosotros. Él avienta nuestras vidas, permitiendo que el Espíritu Santo se lleve nuestra paja, de modo que lo que queda es el grano puro de nuestras vidas, reposando a Sus pies.<br /><br />Te digo, si realmente quieres ser como Cristo, Él te pondrá en circunstancias en las que tu única opción verdadera será llegar a ser como Él. Puedo pensar en muchas cosas que la gente me atribuye como virtud; preguntan: "¿Cómo conseguiste tal o cual cosa?" En realidad, no tuve elección. Todas mis otras opciones fueron eliminadas. En Getsemaní, a Jesús realmente se le podría haber quitado la copa del sufrimiento: 12 legiones de ángeles habrían acudido en su ayuda (no es que Él necesitara ángeles para salvarse). Sin embargo, salvarse a sí mismo de la cruz significaría que toda la humanidad estaría perdida. Sí, tenía una opción, pero salvarse a sí mismo no era realmente una alternativa. De la misma manera, Dios nos avienta hasta eliminar la paja, la carne e incluso el exceso de equipaje de nuestras vidas. Lo que queda es el elemento más precioso de nuestras vidas: Cristo en nosotros.<br /><br />En la historia del cautiverio de los israelitas, encontramos capataces crueles designados sobre ellos, que afligían a los hebreos continuamente (Éxodo 1:11). Sin embargo, el versículo 12 dice que cuanto más los afligían los capataces, más se multiplicaban y se dispersaban los israelitas. Así es con el Señor. Mientras más el enemigo busca afligirte en alguna batalla, más comienza Cristo a multiplicarse en tu vida y el carácter de Jesús se extiende por toda tu alma.<br /><br />En medio del aventamiento de Dios, debemos decidir ser como Jesús. Hay algo que sucede en lo más profundo de nuestro ser cuando decimos, inequívocamente, que nuestra visión y pasión es la búsqueda de la semejanza a Cristo. Cuando la conformidad con Jesús se convierte en la razón por la que vivimos, el verdadero avivamiento ha comenzado en nuestras vidas.<br /><br />frangipane.org/messageshttp://www.blogger.com/profile/10378205780527218537noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7306362146263353517.post-86195455734795203772024-01-19T10:00:00.007-06:002024-02-27T14:06:30.775-06:00Ser como nuestro maestro<p>Por Francis Frangipane <br /> <br />"Hay dos tipos de cristianos, los capacitados y los no capacitados", comentó un pastor que conocí recientemente. No podría estar más de acuerdo. El hecho es que muchos de nosotros vemos nuestra experiencia de salvación como si fuera una llegada, y en cierto sentido ciertamente lo es. Sin embargo, nuestra "llegada" es en realidad el comienzo de un viaje hacia la semejanza de Cristo. "Nacer de nuevo" es un paso fuera de la oscuridad hacia un destino que implicará perseverancia, fe y entrenamiento espiritual. <br /><br />Así que aceptemos el hecho de que la meta del Señor no es sólo nuestro rescate, sino también nuestro entrenamiento. Estar capacitados espiritualmente nos costará. Debemos tomar decisiones en la vida, dedicar tiempo al desarrollo espiritual y entregarnos en una entrega abierta para aprender los gloriosos caminos de Dios. El resultado es nuestra transformación. Como dijo Jesús: <span></span></p><a name='more'></a><br />"El discípulo no es superior a su maestro, pero el que complete su aprendizaje será como su maestro" (Lucas 6:40). <br /><br />En toda la vida, no hay nada que supere mi deseo de estar "completamente entrenado". En todo deseo ser "como [mi] maestro", el Señor Jesucristo. <br /><br /><b>Muchos enfoques de formación </b><br />El entrenamiento espiritual puede realizarse de diversas maneras, pero en la base de todo progreso hay un corazón que se toma en serio la transformación. En este mismo momento, puedes comenzar un entrenamiento acelerado simplemente tomando tu Biblia y pidiéndole al Espíritu Santo que te enseñe. Recuerde, Jesús dijo, <br /><br />"Pero el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, los consolará y les enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que yo les he dicho" (Juan 14:26). <br /><br />El Espíritu Santo nos guía, nos consuela y nos fortalece; Él es nuestro compañero de vida para "enseñarnos todas las cosas". Acércate a Él como tu entrenador personal. Abra su Biblia y pídale al Espíritu Santo perspicacia y revelación, impartición y transformación. Tome notas cuando el Señor le muestre verdades o le explique misterios, incluso tenga un bolígrafo y una libreta junto a su cama para que pueda registrar sueños o ideas importantes que el Señor le dé mientras duerme (Salmo 127:2). <br /><br />Verás, quieres pedirle al Señor no sólo que te salve, sino que te capacite, que te dé discernimiento y perspicacia. El cristiano no capacitado puede entrar en un entorno de vida y, sin embargo, ignorar por completo las dinámicas espirituales que lo influyen. El hombre espiritual entra en el mismo escenario y discierne lo que está sucediendo, es guiado por el Espíritu Santo y es eficaz en todos los ámbitos. <br /><br />“Aunque después de tanto tiempo ya debieran ser maestros, todavía es necesario que se les vuelva a enseñar lo más elemental de las palabras de Dios. Esto es tan así que lo que necesitan es leche, y no alimento sólido. Pero todos los que se alimentan de leche son inexpertos en la palabra de justicia, porque son como niños. El alimento sólido es para los que ya han alcanzado la madurez, para los que pueden discernir entre el bien y el mal, y han ejercitado su capacidad de tomar decisiones”. (Hebreos 5:12-14). <br /><br />Escuche bien esta afirmación: "El alimento sólido es para los maduros, quienes debido a la práctica tienen sus sentidos entrenados para discernir el bien y el mal” (vs 13). Observe las palabras clave: "maduro", "ejercitado", "capacitado para discernir". Los inmaduros, como los niños, no pueden funcionar eficazmente; los maduros, a través de la práctica, realmente poseen "la mente de Cristo" y valoran todas las cosas (1 Corintios 2:15-16). Funcionan con éxito y valentía en todas las dimensiones de la vida porque han sido entrenados. <br /> <br /><b>Capacitación de ministerios maduros </b><br />Por todo lo que ganaremos en nuestra capacitación personal del Espíritu Santo, el Señor también levanta ministerios para capacitarnos y equiparnos. Dios nos ha creado para que seamos interdependientes unos de otros. He aprendido que hay algunas cosas que Dios no me enseñará directamente, sino que requerirá que aprenda ciertas verdades de los demás. Es significativo que un ángel le dijo a Cornelio que contactara a Pedro y le pidiera que le explicara las verdades acerca de Jesucristo. ¿Por qué el ángel no le habló directamente a Cornelio? Era importante que Cornelio aprendiera acerca de Dios de otro hombre. La humildad requiere que apreciemos la influencia de mentores piadosos en nuestras vidas y aprendamos de ellos. <br /><br />Tengamos presente que el Señor no quiere que nos sometamos ciegamente a los demás; más bien, nos llama a ver a Cristo revelado primero en el corazón de ese líder. Busca que Cristo Pastor se manifieste en el amor sanador de tu pastor; escuche a Cristo el profeta para guiarle hacia la justicia usando la voz y el ejemplo del predicador. Cualquiera que sea el ministerio –evangelista, pastor, profeta, maestro o apóstol– debes buscar y discernir la persona de Cristo en ese líder. Si ofrecen capacitación, no tengan miedo de someterse con fe a sus programas ministeriales. <br /><br />Mientras te concentras en el Señor, ten presente la amonestación del Señor: "El que recibe a un profeta en nombre de profeta, recompensa de profeta recibirá; y el que recibe a un justo en nombre de justo, recibirá recompensa del justo" (Mateo 10:41). <br /><br />El que "recibe a un profeta" o "recibe a un justo" también recibirá su "recompensa". Recibir a alguien en "nombre de" su autoridad espiritual es reconocer un llamado espiritual particular en un individuo; es discernir que tienen algo espiritual que tú necesitas. También es posicionarse en un modo acelerado de crecimiento, que se produce a través de la impartición. (La impartición es una práctica bíblica del Nuevo Testamento que opera a través del Espíritu Santo, como lo explica este versículo de Mateo 10. Véase también Romanos 1:11 y 1 Tesalonicenses 2:8). <br /><br />Por supuesto, el líder que Dios usa temporalmente para entrenarte nunca toma el lugar de Cristo; el Señor simplemente usa al individuo para equiparte en un área determinada. Entonces, una vez que veas a un líder que aprecias y respetas, sométete a ese líder como al Señor, esperando a Cristo mismo para que te ministre y capacite a través de ese hombre o mujer de Dios. Como está escrito: <br /><br />"Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo," (Efesios 4 :11-12). <br /><br />Recuerda que tu objetivo no es seguir a los hombres, sino estar capacitado y equipado para que tú también puedas funcionar en la " edificación del cuerpo de Cristo ". <br /><br />Volviendo a nuestro texto en Mateo 10, Jesús también le dice al profeta o al justo: " De cierto les digo que cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos aunque sea un vaso de agua fría, por tratarse de un discípulo, no perderá su recompensa” (v. 42). <br /><br />En otras palabras, como líder hay muchas exigencias en la vida de uno. Sin embargo, Jesús desea que discernamos entre las multitudes a aquellos que son verdaderamente discípulos. Él dice, en efecto, incluso aquellos que todavía son espiritualmente niños (o "pequeños), si vienen a ti "en el nombre de un discípulo" (es decir, queriendo aprender), entonces tómate tiempo con ellos. Incluso si sólo pueden saciar momentáneamente su sed espiritual ("incluso un vaso de agua fría"), Jesús dice, "no perderéis [tu] recompensa". <br /><br />En una generación donde los hogares pueden tener una docena de Biblias, pero ni un minuto para estudiar, Jesús desea que seamos serios en nuestra búsqueda de capacitación espiritual. En efecto, asegurémonos, cualquiera que sea nuestra edad o nuestra procedencia, en la promesa de nuestro Maestro: "Todos, después de haber sido formados plenamente, serán como su maestro". <br /><br />~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ <br /><br />Como se indica en el mensaje de hoy, el deseo del Señor es verlos abrazar plenamente la formación espiritual. Sin embargo, cualquiera que sea la forma que adopte su equipamiento, la <i>Capacitación a Imagen de Cristo</i> proporcionará una base duradera sobre la cual construir. La <b>semejanza a Cristo</b> fija tu enfoque. La <b>humildad </b>prepara tu corazón. La <b>oración </b>asegura las provisiones y la <b>unidad </b>de Dios, te califica como "inofendible" en tu búsqueda del destino de Dios, ya sea personalmente para ti, para tu familia o más allá. <br /><br /><b>Visite: <a href="http://www.frangipanehispano.org">www.frangipanehispano.org</a> para obtener más información sobre nuestras clases en línea en español. Las clases se imparten 4 veces al año. Enero, abril, julio y septiembre. </b><p></p><p><b></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzkBMb8gIWChNMn96n_ZhDLb0D1npG1xDKhVDeovconhHHoR8qwI9OLuYUuTL3BHhv3bsFiRVboE7X2mJcV6KaVd0FAjcSv0bVx8gnYw09sL0S8I2XtiFkZYYQSKioxZk4onKNDztNig33QWgMwydfQFwUWOMnduccOh42whVvQRFlV-df-SgTGSxCwgvK/s1660/spanish-tracks.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="www.frangipanehispano.org" border="0" data-original-height="804" data-original-width="1660" height="236" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzkBMb8gIWChNMn96n_ZhDLb0D1npG1xDKhVDeovconhHHoR8qwI9OLuYUuTL3BHhv3bsFiRVboE7X2mJcV6KaVd0FAjcSv0bVx8gnYw09sL0S8I2XtiFkZYYQSKioxZk4onKNDztNig33QWgMwydfQFwUWOMnduccOh42whVvQRFlV-df-SgTGSxCwgvK/w487-h236/spanish-tracks.png" width="487" /></a></b></div><b><br /> </b><p></p><p><b> </b><br /><br /></p>frangipane.org/messageshttp://www.blogger.com/profile/10378205780527218537noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7306362146263353517.post-66239524592885084752023-12-29T10:00:00.004-06:002024-02-27T14:06:47.576-06:00Regresa a tu morada en Dios<p>Por Francis Frangipane <br /><br />En última instancia, creo que sólo hay dos actitudes centrales aceptables que deberíamos tener hacia el Todopoderoso. La primera actitud es el abandono sincero. Este es el resultado de haber encontrado la Presencia del Señor en un nuevo despliegue de Su gloria. El abandono sincero siempre irá acompañado de un asombro trascendente, una alegría indescriptible y un amor incontenible. Todo esto es el resultado de habernos asido del Señor; son las consecuencias de su presencia. <br /><br />La segunda actitud fundamental que debemos poseer surge de la aparente ausencia de la presencia de Dios. Es un anhelo implacable, una sed insaciable, de encontrar a Aquel a quien ama tu alma. El abandono y el anhelo son los dos caminos que nos conducen a nuestro destino en Dios y guían hacia la verdadera realización espiritual. <span></span></p><a name='more'></a><br />El engaño con el que luchamos acerca de buscar a Dios tiene sus raíces en el hecho de que, como el antiguo Israel en Babilonia, hemos vivido demasiado tiempo exiliados de nuestra herencia. En nuestra condición apóstata hemos legitimado la superficialidad y hemos permitido que la superficialidad se convierta en nuestra norma aceptable. Así, desde el cielo surge el llamado: ¡Volved a vuestra morada en Dios! Porque la tierra prometida de la iglesia es la morada de la presencia viva de Dios. <br /><br />Tú dices, según II Crón. 7:14 "Pero nosotros nos humillamos y oramos; nos volvemos de nuestros malos caminos. ¿Por qué no ha sanado nuestra tierra?" Él no ha escuchado nuestra oración porque deseamos nuestra curación más de lo que deseamos a nuestro Dios. Verás, hay todavía un imperativo más que 2 Crónicas nos llama a cumplir. En el contexto del arrepentimiento y la oración, Él dijo: "...y buscad mi rostro". <br /><br />Amados, cuando el Señor llamó a David para buscar su rostro, David respondió: "Tu rostro, oh Dios, buscaré" (Sal 27). Ésta es la esencia de quien tiene "un corazón conforme a Dios". Buscamos a Dios por Su corazón, no simplemente por Su mano. Le hemos pedido que extienda su mano, que nos toque y nos sane. Pero el Señor, en su gran amor por nosotros, desea que busquemos su rostro. <br /><br /> Por tanto, el Espíritu Santo nos invita a acercarnos a Dios. Su palabra promete que, a medida que nos acercamos a Él, Él mismo se acercará a nosotros. Es la cercanía de su Espíritu que desciende sobre nosotros y, a través de nosotros, sana nuestra tierra. <br /><br />Nuevamente el Señor habla: "Después de eso volveré a mi santo lugar, hasta que ellos reconozcan su pecado y busquen mi rostro. Porque en su angustia me buscarán " (Oseas 5:15). <br /><br />Juntos, usando las mismas palabras que nos proporcionó Oseas como modelo, el Señor incluso nos da palabras con las que respondemos: "¡Vengan, volvamos nuestros ojos al Señor! Ciertamente él nos arrebató, pero nos sanará; nos hirió, pero vendará nuestras heridas; Después de dos días nos dará vida, y al tercer día nos resucitará para que vivamos en su presencia" (Oseas 6:1-2). <br /><br />Sí, incluso el profeta Oseas también nos alienta con sus palabras: "Conozcamos, pues, prosigamos para conocer al Señor. Su salida es segura como la aurora; y vendrá a nosotros como la lluvia, como la aurora". “La lluvia primaveral que riega la tierra'' (Oseas 5:15-6:4). <br /><br />¿No es este el grito mismo de tu corazón, que la presencia viva de Dios sature la sequedad de tu alma? ¡Ven a nosotros, oh Señor, como la lluvia que riega la tierra! <br /><br />Por lo tanto, concluimos que es tiempo de buscar a Dios. Instamos a cada pastor a guiar a su iglesia y a cada padre a llevar a su familia a una actitud de búsqueda de Dios. Consagra una habitación en tu iglesia u hogar y llámala "tienda de reunión". Es correcto, amados y oportuno, buscar a Dios. <br /><br />"Moisés tomaba la tienda y la levantaba fuera del campamento, a buena distancia del campamento, y la llamaba tienda de reunión. Acontecía que todo el que buscaba al Señor salía a la tienda de reunión que estaba afuera. el campamento" (Éx 33,7). Todos los que buscaban al Señor entraban en la tienda de reunión. Queridos amigos, el Espíritu Santo nos ayudará. Porque la misión del Espíritu es, en resumen, conducirnos a la presencia de Jesús. Y esto lo hará hasta que Cristo sea tan real para nosotros como lo era el mundo cuando éramos pecadores. <br /><br /><b>La promesa de Dios </b><br />¿Es posible que podamos ser liberados de una vida superficial? Sí. Porque el Espíritu que Él nos ha dado habita en nosotros y Él "escudriña todas las cosas, incluso las profundidades de Dios" (1 Cor 2,10). <br /><br />Si estás cansado de una vida sin la plenitud de Dios, entonces buscar al Señor puede ser un punto de inflexión en tu caminar con Él. Nuestra esperanza descansa en la integridad de su palabra inmutable: "Entonces me invocaréis y vendréis y oraréis a mí, y yo os escucharé. Y me buscaréis y me encontraréis, cuando me busquéis de todo vuestro corazón". . Y seré hallado por ti” (Jer 29:12-14a). <br /><br />Oremos:<i> Señor Jesús, mi alma anhela y hasta añora Tus atrios. Guíame a Tu santa Presencia, querido Señor. Déjame encontrarte de nuevo de una manera nueva. No puedo vivir sin Tu amor constante. Estoy desesperado por Ti Jesús. Restaura mi anhelo por Ti hasta encontrarte y, al encontrarte, abandonarme totalmente en tu amor. Amén. <br /></i><br /><p></p>frangipane.org/messageshttp://www.blogger.com/profile/10378205780527218537noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7306362146263353517.post-57605472181135646422023-12-15T10:00:00.004-06:002023-12-16T10:23:34.691-06:00Preparados para dios<p>Por Francis Frangipane <br /> <br />El último y gran movimiento del Espíritu Santo será distinguido por hombres y mujeres que han sido preparados por Dios y para Dios. <br /><br />Nos hemos entregado a orar por un avivamiento; hemos estudiado y descubierto el corazón del Señor por los perdidos. Sin comprometer las verdades básicas del evangelio, la gracia nos ha enseñado a hacer el mensaje de Cristo relativo a nuestros tiempos y necesidades. Sin embargo, a pesar de toda nuestra preparación, todavía tenemos que preparar nuestros corazones para Dios mismo.<span></span></p><a name='more'></a><br />Anhelamos ser enviados por el Todopoderoso para realizar alguna gran tarea: un milagro que haga que una ciudad se arrepienta o algún acto significativo de servicio. Sin embargo, la tarea más grande que le espera a la iglesia no es ser enviada por Dios sino venir a Él. <br /><br />De hecho, hemos asumido un papel extraño: nos creemos guardaespaldas del Señor. Armados con las doctrinas de nuestra fe, estamos preparados para defender a Cristo contra la blasfemia, la herejía o la desinformación. Sin embargo, al tratar de enfrentarnos a los herejes de nuestra época, nos hemos posicionado de espaldas al Todopoderoso. Si nos volviéramos y miráramos hacia Él, veríamos que Él no necesita que lo protejamos del hombre, y que el hombre nunca ha sido una amenaza para el Altísimo. De hecho, si dejáramos de esforzarnos, aunque fuera por un momento, descubriríamos que Su mirada nunca nos ha abandonado. Él espera nuestro amor indiviso. <br /><br />Por mucho que nuestros deseos de avivamiento y despertar espiritual hayan venido de Dios, estas pasiones no son más que el comienzo de una mente renovada, no el final. Al final de la era, la temporada de preparación no es para la cosecha, por muy importante que sea la cosecha; nuestra preparación es para el Señor. El volver nuestro corazón hacia Él debe trascender los espacios momentáneos de necesidad e incluso nuestra hora programada de oración. Es hora de entrar al lugar de la devoción sin distracciones. Porque es la mirada constante de la iglesia la que atrae el mayor placer de Dios y produce la mayor cosecha. <br /><b><br />Un enfoque simplificado </b><br />" El celo que muestro por ustedes proviene de Dios; ustedes son como una doncella pura, a la que he comprometido en matrimonio con un solo esposo, que es Cristo. Pero me temo que, así como la serpiente engañó a Eva con su astucia, así también los sentidos de ustedes sean de alguna manera apartados de la sincera fidelidad a Cristo." (2 Cor. 11:2-3). <br /><br />A lo largo de los años, hemos desarrollado una serie de programas, actividades de extensión y ministerios, todos diseñados para atraer personas a la iglesia y convertirlas en mejores cristianos. Varios de estos esfuerzos el Señor los ha bendecido; a algunos los ha adaptado y utilizado; mientras que, a otros, en verdad, simplemente los ha ignorado. <br /><br />Sin embargo, cuanto más nos acerquemos al fin de los tiempos, menos podrá la iglesia depender de algo que no sea Cristo mismo. Incluso ahora la unción sobre nuestras innumerables actividades y programas está disminuyendo silenciosamente. A pesar de la multiplicidad de nuestras ideas, antes de que Jesús regrese la iglesia sabrá simple e inequívocamente que: no hay sustituto para Dios. <br /><br />A medida que se acerca el día del Señor, el Espíritu Santo refinará cada vez más nuestro enfoque y elevará nuestra atención a nuestro mayor propósito: la revelación de Cristo dentro de nosotros. Es el fruto de Cristo revelado a través de la iglesia lo que la gran cosecha de los últimos tiempos está esperando. <br /><br /> ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ <br /><br />Adaptado del libro de Francis Frangipane, <i>Los días de su presencia</i>, disponible en <a href="http://www.arrowbookstore.com">www.arrowbookstore.com</a>. <br /><br /><p></p>frangipane.org/messageshttp://www.blogger.com/profile/10378205780527218537noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7306362146263353517.post-59425512326746390082023-12-08T10:00:00.001-06:002023-12-08T10:00:00.126-06:00El bautismo de luz<p>Por Francis Frangipane</p><p>Como cristianos tendemos a venir de escuelas únicas de pensamiento acerca de los tiempos finales. Algunos creen que el Rapto puede ocurrir en cualquier momento; otros ven a la iglesia pasando por parte, sino por toda la tribulación. Otros están confiando que, cuando sea que se produzca el rapto, estarán preparados.<br /><br />La Biblia misma se centra en eventos oscuros y futuros que ocurrirán durante las últimas horas de la era. No quiero minimizar ese enfoque, porque es real. Sin embargo, hay más en el calendario de Dios que el rapto o la tribulación. Yo creo que habrá un bautismo de luz para aquellos que verdaderamente siguen a Cristo.<span></span></p><a name='more'></a><br /><b>Evidencia de la Presencia de Cristo</b><br />Considere lo siguiente: Inmediatamente antes de la transfiguración, Jesús dijo a sus discípulos algo notable. Él dijo: " De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder " (Marcos 9: 1). Jesús dijo claramente que algunos de sus discípulos del primer siglo verían el " reino de Dios después de que haya venido con poder. "<br /><br />Jesús no estaba hablando del Rapto ni del derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés. Él estaba hablando de la Transfiguración. De hecho, los cuatro Evangelios nos dicen que una semana después, Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan y los llevo a un monte alto, donde " se transfiguró delante de ellos" (Marcos 9, 2).<br /><br />Lo que Jesús reveló a sus discípulos en el Monte de la Transfiguración era una imagen de la manifestación de la gloria de Dios de los últimos tiempos en la iglesia del reino. Jesús verdaderamente mostró " a algunos" de sus discípulos - Pedro, Santiago y Juan – como luciría el Reino de Dios " después de que haya venido con poder " (Marcos 9: 1).<br /><br /><b>Continúe conmigo</b><br />La transfiguración es una imagen de lo que yo llamo el "bautismo de luz. " Es Isaías 60 cumplido. Es el reino limpio de cizaña, donde los " justos resplandecerán como el sol " (Mateo 13: 43). Es Daniel 12: 3, donde " Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento " Es la esposa de Cristo vistiéndose de lino fino, " limpio y resplandeciente" (Apocalipsis 19: 8).<br /><br />Pero no es el Rapto. Yo creo en el Rapto (1 Tes. 4: 13-18). El bautismo de luz es antes del Rapto. En el Rapto nuestros cuerpos cambiaran, lo mortal se viste de inmortalidad, etc. Durante la Transfiguración, el cuerpo de Jesús permaneció esencialmente igual, solo que resplandecía en luz. Todavía sufrió y murió. En el Rapto nunca vamos a morir.<br /><br />El bautismo de la luz es la culminación de lo que Pablo escribió a la iglesia de Corinto: " Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu" (2. Corintios 3:18).<br /><br />La palabra traducida " transformado " es exactamente la misma palabra traducida como " transfigurado " en los Evangelios.<br /><br />La Transfiguración. El bautismo de luz. Vea, esto es lo que le espera a la iglesia vencedora al final de la era.<br /><br />Como dijo Jesus, “La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado” (Juan 17:22-23). <br /><br />Es por esto que, cuando vemos la oscuridad cubriendo la tierra una parte de mí se siente alentada. Porque es en el contexto de una profunda oscuridad que cubre a la gente que Cristo pronuncia su mandamiento: " Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti " (Is . 60: 1-3). <br /><br /><br />El mensaje ha sido tomado del libro del Pastor Francis, <i>Los días de Su presencia</i>, donde se extiende sobre esta enseñanza - <a href="http://www.arrowbookstore.com">www.arrowbookstore.com</a>.<br /><p></p>frangipane.org/messageshttp://www.blogger.com/profile/10378205780527218537noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7306362146263353517.post-1110468259434997542023-11-17T10:00:00.002-06:002024-02-27T14:07:43.116-06:00La piedra que rechazaron los constructores<p>Por Francis Frangipane<br /><b><br />Convertirse en sabios maestros constructores</b><br />Pablo dijo: "Como maestro constructor, puse el fundamento" (1 Cor. 3:10). El fundamento eterno de la iglesia es el Señor Jesucristo; descansamos y luego construimos sobre Él. Es sabiduría construir la casa del Señor pensando únicamente en Jesús, ya que la conformidad con Él es nuestro modelo principal.<br /><br />Jesús dijo: "La piedra que desecharon los constructores, ésta se convirtió en la principal piedra del ángulo" (Lucas 20:17). No podemos separar lo que Jesús dice de quién es Jesús. Cristo y Su Palabra son uno. La piedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la piedra angular. En la medida en que no obedezcamos ni enseñemos lo que Jesús enseñó, en realidad lo estamos rechazando como Señor de la iglesia.<span></span></p><a name='more'></a><p></p><p>Escuche cómo el Señor se asocia con Sus enseñanzas. Él dijo: " El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue. La palabra que yo he proclamado lo condenará en el día final." (Juan 12:48). Nuevamente advirtió: " Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras, el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria. (Lucas 9:26). Y nuevamente, expone nuestra hipocresía, diciendo: ¿Por qué me llaman ustedes “Señor, Señor”, y no hacen lo que les digo?" (Lucas 6:46).<br /><br />Verás, Cristo y Su Palabra son inseparables. Jesús no fue un hombre que se hizo Verbo sino el Verbo eterno que se hizo hombre. Su naturaleza central es la Palabra de Dios. Y rechazar o ignorar lo que Él dice es rechazar o ignorar quién es Él.</p><p>No podemos construir la casa del Señor si no honramos y aprovechamos todo el espectro de las enseñanzas de Cristo. A menos que enseñemos a nuestros conversos "todo lo que [Él] mandó", no estaremos haciendo discípulos (Mateo 28:19-20). En cambio, siempre estaremos atrapados en la infancia espiritual y la religión.<br /><br />Por lo tanto, preguntémonos honestamente: en el plan de construcción de nuestras iglesias, ¿cuánto énfasis estamos poniendo en las palabras de Jesús? ¿Existe algún proceso en el que los nuevos conversos puedan convertirse en verdaderos discípulos de Cristo?<br /><br />Si usted es como la mayoría de las congregaciones, probablemente se le dé poca atención al estudio sistemático y a la aplicación de las enseñanzas de Cristo. Verá, si Jesús es verdaderamente el diseñador y constructor de esta casa, entonces debemos acudir a Él para obtener los planos arquitectónicos. El código de construcción del reino debe ser la obediencia a las palabras de Cristo.</p><p>"Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca." (Mateo 7:24-25).<br /><br />Amados, se avecina una tormenta; incluso ahora el cielo se ha oscurecido y caen las primeras gotas. Si vamos a perseverar, debemos ser edificados sobre la roca. Por favor, escúchame: no puedes construir tu casa durante una tormenta. Es a través del Espíritu y las palabras de Cristo que se construye la casa del Señor. Esto es exactamente lo que Jesús quiso decir cuando dijo: "Edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella" (Mateo 16:18).<br /><br /><b>La base apostólica</b><br />Obviamente, no estoy de ninguna manera en contra del resto de la Biblia fuera de los Evangelios. Cada año trato de leer la Biblia completa, a menudo leyendo de rodillas. Amo toda la Palabra de Dios. Sin embargo, estoy convencido de que muchos de nosotros en la iglesia hemos perdido de vista a Jesús en la confusión del cristianismo. Él sigue siendo la piedra que rechazaron los constructores. Debemos regresar y hacer de Su vida y enseñanzas nuevamente la piedra angular.</p><p>No estoy solo en esta opinión: todos los escritores del Nuevo Testamento están absolutamente de acuerdo con mi énfasis en Cristo. De hecho, Pablo escribe en 1 Timoteo 6:3-4: "Si alguien enseña falsas doctrinas, apartándose de la sana enseñanza de nuestro Señor Jesucristo y de la doctrina que se ciñe a la verdadera religión, es un obstinado que nada entiende. Ese tal padece del afán enfermizo de provocar discusiones inútiles que generan envidias, discordias, insultos, sospechas malvadas (NVI).<br /><br />Cuando buscamos construir sobre un fundamento distinto de Jesús, ¡los resultados son todo menos Jesús! Sólo Cristo puede crear cristianos. Si nos centramos en nuestras "novedades doctrinales", buscando ser lo suficientemente diferentes como para atraer a más personas que la iglesia de la calle, ¡hemos perdido todo el propósito tanto del Evangelio como del ministerio de Cristo!<br /><br />Mira lo que Juan enseñó:<br /><br />"Cuídense de no echar a perder el fruto de nuestro trabajo; procuren más bien recibir la recompensa completa. Todo el que se descarría y no permanece en la enseñanza de Cristo no tiene a Dios" (2 Juan 1:8- 9). La prioridad de esta hora es que la iglesia permanezca en las enseñanzas y el Espíritu del Señor Jesús. Sobre este fundamento se edificará la casa del Señor.<br /> <br />Hemos tenido nuestras doctrinas favoritas y nuestro énfasis particular. Hemos sido como Pedro hablándole a Jesús en el Monte de la Transfiguración: "Señor, ¡qué bien que estemos aquí! Si quieres, levantaré tres albergues" (Mt. 17:4). Estamos muy dispuestos a ofrecer un plan a Dios en lugar de simplemente escuchar y obedecer a Jesús. Creo que el Padre mismo ya se hartó de nuestras ideas y consejos. En su amor, Él interrumpe nuestros programas con la misma palabra con la que interrumpió a Pedro: "Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; ¡escúchenlo!". (v.5).<br /><i><br />Señor Jesús, ayúdame a volver a Tus palabras con todo mi corazón. Señor, deseo permanecer en Ti. <br />Consagro nuevamente mi vida para que sólo Tú seas el punto focal de todo Tu pueblo.</i><br /><br /><br />Adaptado del libro de Francis Frangipane, When the Many Are One, disponible en <a href="http://www.arrowbookstore.com">www.arrowbookstore.com</a>.<br /></p>frangipane.org/messageshttp://www.blogger.com/profile/10378205780527218537noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7306362146263353517.post-40296864107965573682023-11-10T10:00:00.002-06:002024-02-27T14:07:16.793-06:00Un pacto de liberación<p>Por Francisco Frangipane <br /><br />Israel estaba irremediablemente superado en número. Nabucodonosor, rey de Babilonia "y todo su ejército, con todos los reinos de la tierra que estaban bajo su dominio y todos los pueblos, peleaban contra Jerusalén" y sus ciudades restantes (Jer. 34:1). A causa del pecado de Israel, aparentemente incluso el Señor, el protector de Israel, se había retirado. Durante casi cuarenta años, el profeta Jeremías suplicó al pueblo de Dios que se arrepintiera, pero no lo aceptaron. Israel era casi apóstata y las terribles advertencias del profeta Jeremías estaban a punto de cumplirse. <br /><br />Sin embargo, escondido en los caminos de Dios había un plan, una estrategia redentora que revertiría la dirección de Israel. Si los judíos implementaran un "Año de Remisión" (ver Deuteronomio 15:1-18), Dios les mostraría la misma misericordia que ellos se mostraban unos a otros. Lo que se requería era que " El pacto establecía que los que tuvieran esclavos o esclavas hebreos los dejaran en libertad, para que nadie tuviera como esclavo a un compatriota judío." (Jer. 34:9). <span></span></p><a name='more'></a><br />No sólo aceptaron este año de liberación, sino que "todos los funcionarios y todo el pueblo obedecieron". Luego, con fe ferviente, "entraron en el pacto... para que nadie los tuviera más en servidumbre; obedecieron y los pusieron en libertad" (Jer. 34:10). <br /><br />La Biblia dice que los judíos cortaban un becerro en dos y luego lo pasaban "entre las dos partes" (Jer. 34:18). Este era el mismo tipo de ritual de pacto que Abraham había hecho con el Señor siglos antes (ver Gén. 15:10, 17-18). <br /><br />El plan redentor de Dios era este: si los israelitas liberaban a sus esclavos, no serían tomados como esclavos. Si mostraban misericordia, Dios se mostraría misericordioso con ellos también. Aunque, según todos los indicios, eran casi apóstatas, el acto de liberar las deudas de otros habría evitado la destrucción de sus ciudades, ¡porque "la misericordia triunfa sobre el juicio" (Santiago 2:13)! <br /><br />Mientras se liberaban unos a otros, ocurrió algo maravilloso. Sobrenaturalmente el Señor alejó al rey de Babilonia (Jer. 34:21). En el mismo momento en que el pueblo estaba liberando las deudas de otros, Dios estaba reduciendo su deuda con Él. ¡Lo que hicieron en la tierra en realidad fue replicado para ellos en el Cielo! <br /><br />En todos los años transcurridos desde el establecimiento de la Ley, Israel nunca había celebrado un año de liberación. Sin embargo, ahora, incluso con sus enemigos a su alcance, Israel hizo un pacto con Dios para liberar a cada hombre de su esclavo. <br /><br /><!--[if gte mso 9]><xml>
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<br />
Tenía diecisiete años, en mi último año de secundaria, y estaba sentado un poco despatarrado en mi escritorio, cuando un estudiante enojado, de casi el doble de mi tamaño, entró en el salón. Hecho una furia, se apresuró hacia donde yo estaba sentado, me agarró del cuello y comenzó a reacomodar mis características faciales con su puño.<br />
<br />
Alguien había escrito un comentario poco apropiado en el interior de su carpeta, y lo había firmado con mi nombre. Obviamente, algo más estaba ocurriendo dentro de la vida del gran muchacho que nadie había advertido. Cualquiera fueran las otras frustraciones que se le habían acumulado en su corazón, su propósito inmediato era evacuar su furia con el ultimo ofensor, quien él consideraba ser yo.<br />
<a name='more'></a><br />
Debería asimismo mencionar que en ese momento yo era de baja estatura y pesaba unos escasos sesenta kilos. Yo no era un joven al que le gustaran las confrontaciones y había, de hecho, desarrollado diversas inteligentes maneras de evitar los conflictos mientras todavía aparecía relativamente audaz entre mis amigos. Sin embargo, no importa cuál sea la filosofía de uno en cuanto a la violencia física cuando se está en una pelea, especialmente con un gigante enojado. El grandote quería sangre. Rápidamente me di cuenta de que, si era que este ataque iba a terminar, iba a ser porque pondría todo mi corazón en defenderme.<br />
<br />
Una vez que acepte que no tenía otra opción más que pelear, algo increíble sucedió dentro de mí. En vez de mis temores empeorar, en realidad se desvanecieron. La energía que se consumía en el temor, de pronto se reciclaba y se ponía a disposición de mi defensa. En ese momento, inesperadamente, descubrí otra dimensión dentro de mi alma: el modo guerra.<br />
<br />
Sinceramente, ni siquiera sabía que tuviese un comando o una función de guerra en mi interior, pero cuando el grandote se agacho para tomarme para el “segundo asalto”, mi instinto de pelea se activó. Había resultado fácil para el lanzarme cuando yo no ofrecía resistencia, pero me levanté de un salto y lancé un puñetazo que fue a parar en medio de su nariz. El retrocedió un paso. Lo golpee dos o tres veces más y me lance sobre él cuando se tambaleo; derribándolo al suelo y noqueándolo con un puñetazo final. Admito que es posible que, como reflejo, el haya tropezado con una silla que se encontraba detrás y mi golpe no haya tenido nada que ver con su caída, pero eso no importó. Cuando su espalda toco el piso, hubo un siciliano de 60 kilos sobre él.<br />
<br />
Para ese entonces, los otros alumnos intentaban sacarme a mí de encima de él. Salía sangre de su nariz, y sus amigos me llamaban patotero. Cuando el maestro entro al salón, todo hacía parecer como si yo fuera el agresor y el grandote la víctima, acobardado por mi implacable ataque.<br />
Casi no me gradúo por causa del incidente, pero eso no me importaba. Algo dentro de mí había cambiado. Había encontrado el interruptor que activaba el modo guerra. No estaba ahora en busca de peleas, pero tampoco tenía ya miedo de ellas.<br />
<br />
<b>La pasividad no es la paz</b><br />
¿Por qué le estoy contando esta historia? En primer lugar, no es porque piense que la violencia física sea la respuesta a nuestros problemas. A menos que pertenezcamos al ejército o a la fuerza pública, la violencia física no es la respuesta de Dios a lo que nos perturba. Conté este incidente para enfatizar que existe un “modo guerra” en cada uno de nosotros. Puede que usted se encuentre enfrentando un enemigo mayor que usted – quizá sea pecado o ataques demoniacos, o quizá sus hijos se están alejando de Dios, o su comunidad o iglesia este en declive espiritual- pero llega un momento cuando el vivir bajo opresión ¡no es para usted más aceptable! Es en el momento que usted dice “¡suficiente!” que Dios comienza a activar dentro suyo el modo guerra.<br />
<br />
Pablo dijo que las armas de nuestra milicia no son carnales, sino ¡poderosas! (Ver 2 Cor. 10:4) Necesitamos tomar “la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Efesios 6:17). Pelear por justicia no es un estado avanzado del desarrollo espiritual; en realidad es básico. Todos necesitamos aprender a orar, a tomar autoridad espiritual, y a proclamar la Palabra de Dios con fe. No podemos ser intimidados por las amenazas de nuestros enemigos mientras nos paramos contra los avances de las tinieblas.<br />
<br />
Vea, demasiadas personas se han programado para una falsa paz, el cual es el resultado del compromiso y el miedo. Dios quiere que tengamos verdadera paz, la cual proviene de la fe en Cristo y la victoria sobre el mal.<br />
<br />
Hoy en día muchos están debilitados por los eventos mundiales. Parte de ese debilitamiento proviene de corazones divididos. Debemos superar nuestra renuencia a enfrentar a nuestros enemigos. Deje de preocuparse sobre hacer enojar al diablo y enójese usted mismo- ¡airéese, pero no peque! Hay un legítimo “tiempo de guerra” (Eclesiastés 3:8) y en él nos encontramos.<br />
<br />
Cuanto antes pulsemos el botón que activa “el modo guerra”, más rápido encontraremos la determinación moral que necesitamos para vencer la opresión personal y asegurarnos la victoria. Y al ser cambiados, podemos comenzar a influenciar el mundo a nuestro alrededor. Por tanto, reprenda la pasividad y tome autoridad sobre la auto compasión. Dios le dará la gracia necesaria para prevalecer.<br />
Considere asimismo la revelación de Isaías acerca del Señor. El profeta escribió: "Jehová saldrá como gigante, y como hombre de guerra despertará celo; gritará, voceará, se esforzará sobre sus enemigos.” (Isa. 42:13).<br />
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<i>El Señor es un guerrero y desea que también usted se torne en un guerrero. Sacúdase el desánimo y regrese a la Palabra de Dios. Si fue derribado, levántese. Es tiempo de reactivar su modo guerra.<br /> Maestro, me sujeto a Tu unción para la guerra. Renuncio a ser un cobarde o a abrazar una paz falsa basada en el compromiso. Me sujeto al combatiente que hay en Ti, quien santifica al combatiente que hay en mí. En el nombre de Jesús. Amén.</i><br />frangipane.org/messageshttp://www.blogger.com/profile/10378205780527218537noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7306362146263353517.post-80001312156813945032023-10-27T10:00:00.004-05:002023-10-27T10:00:00.147-05:00Una palabra para las mujeres de DiosPor Francis Frangipane<br />
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<b>Las oraciones de mi madre</b> <br />
Conozco en forma personal el poder de las oraciones de una mujer: las de mi madre. Al final de la década de los sesenta, yo era un joven perdido que vivía en pecado y rebeldía. A juzgar por mi apariencia, era un caso perdido. Pero a pesar de las apariencias externas, mi amada madre católica se presentaba delante de Dios por mí. Yo me resistí, y a pesar de mi pecado, poder divino fue soltado a mi corazón a través de las oraciones de mi madre. El llamado de Dios comenzó a acorralarme. El clamor de mi madre fue incesante e implacable; con frecuencia oraba por mí toda la noche. Estaba embarazada de oraciones por su hijo. En el año 1970 Dios finalmente le respondió, y durante el despertar del Movimiento de Jesús, vine a Cristo.<br />
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Años más tarde le pregunte al Señor por este avivamiento. Como usted sabrá, ha sido parte de mi misión ayudar a engendrar unidad y establecer movimientos de oración en las ciudades, cosas que siempre preceden a un avivamiento. Pero, hasta donde sabia, no había ninguna u oración que haya encendido el “Movimiento de Jesús”.<br />
Entonces le pregunte al Señor como podía ser que un avivamiento ocurriese sin un movimiento de oración que lo originara. El Señor enseguida me rectifico diciéndome que había habido un inmenso poder de oración: Él había oído las oraciones de un millón de madres; cada una de ellas clamaba por su propio hijo.<br />
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De todas las denominaciones, en una “unidad de desesperación”, Dios oyó el clamor de esas madres creyentes. Su Corazón fue tocado, y como resultado, multitudes de jóvenes pecadores encontraron arrepentimiento y salvación en Jesús. Ese es el ejercito que Dios desea lanzar nuevamente hoy, pero ahora con mayor visión, mayor poder del Espíritu Santo ¡y con el apoyo de los hombres también!<br />
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Mujeres de Dios: el hecho es que ¡el cielo las necesita! Han sido creadas por el Todopoderoso para dar a luz la Victoria en el planeta Tierra. Dios las ha diseñado singularmente con una habilidad latente de liberar la vida a través de su intercesión. Junto con ustedes, nosotros los hombres podemos edificar y establecer, y estamos aprendiendo a orar, pero ustedes tienen un don único y especial para soltar nuevos comienzos. Sea que el centro de su oración sean sus esposos o el liderazgo de la iglesia, sus hijos, su ciudad o su nación, ustedes poseen en su espíritu la semilla que puede ser liberada con la oración para traer vida a este mundo.<br />
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Si, ciertamente hay una batalla, todavía existe “enemistad entre ti [la serpiente] y la mujer” (Gen 3:15). Satanás las odia especialmente, porque fue su simiente la que lo golpeo en la cabeza. Me sorprende que Dios haya elegido traer su Hijo al mundo, no a través de los cielos ni a través de una mujer embarazada por un hombre, ¡sino a través de una mujer que ha concebido de Dios! ¡Dios mismo vino a la Tierra a través del poder de una mujer de dar a luz!<br />
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Hoy el Señor está dando a las mujeres una nueva gracia, una nueva seguridad contra los poderes del infierno. Por la intercesión, esas mujeres santas darán a luz poderosos ministerios sobre la Tierra, tanto femeninos como masculinos. Lanzaran nuevos comienzos para el Cuerpo de Cristo.<br />
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También quiero alabar y personalmente agradecer a las muchas mujeres que componen ministerios y grupos de oración que han estado en la brecha conmigo, intercediendo por mi vida, mi familia y mi ministerio. Ha habido muchas, muchas veces en que he experimentado una protección divina repentina, o una victoria inesperada. Cuando le he preguntado al Señor por esto, Él me dijo: <i>“Estoy contestando las oraciones de las mujeres de tal o cual ministerio</i> -. A cada una de ustedes le debo un agradecimiento especial. ¡Que el Señor multiplique sus dones hacia ustedes y les conceda los deseos de su Corazón!<br />
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Finalmente, Apocalipsis 12 también habla de una “mujer vestida del sol”. Este pasaje no habla solo de Israel o de la Iglesia. También revela como Dios ve espiritualmente a las mujeres: ellas son honradas y coronadas con distinción; puras y vestidas con la Gloria de Dios. Con confianza, ellas aplastan los poderes de la oscuridad. Querido ejercito de mujeres de oración, es su destino inherente dar a luz lo que gobernara a las naciones.<br />frangipane.org/messageshttp://www.blogger.com/profile/10378205780527218537noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-7306362146263353517.post-64521437378046705872023-10-13T16:05:00.000-05:002023-10-13T16:05:28.437-05:00Los días del Reino de Dios<p>Por Francis Frangipane <br /> <br />A medida que nos acercamos al cumplimiento de muchas profecías del fin de los tiempos, no debemos dejarnos llevar por el miedo o la incredulidad. El aumento de las guerras, la anarquía y los conflictos étnicos son señales que apuntan a algo más importante que ellos mismos. Recuerde la palabra del Señor, Él dijo: "Así también vosotros, cuando veáis suceder estas cosas, reconoced que el reino de Dios está cerca" (Lucas 21:31). <br /><br />En efecto, las turbulencias que contemplamos en el mar de la humanidad son causadas por una tormenta en los lugares celestiales: ¡El Reino de los Cielos se acerca! Las señales que nos rodean son en realidad los efectos de una confrontación entre el Reino de Dios y el dominio del infierno. Y mientras las guerras y los rumores de guerras llenan los titulares, también hay otro pueblo que regresa a su patria: el Reino de Dios. <span></span></p><a name='more'></a><br />Porque si bien se ejerce una gran presión sobre las naciones para que exalten su origen étnico, también hay un retorno en la verdadera iglesia a la pureza y el poder de nuestros orígenes en Cristo. Como en ningún otro momento de la historia, nuestra identidad en Cristo debe ser mayor, más convincente y más real para nosotros que cualquier vínculo natural que tengamos en el mundo. <br /><br />Jesús advirtió a sus discípulos sobre este día, diciendo: "Se levantará nación contra nación" (Mateo 24:7). Por lo tanto, no debería sorprender que, en el idioma original de las Escrituras, la palabra griega para "nación" sea ethnos, de donde derivamos nuestra palabra étnico. Cristo previó que los conflictos étnicos, la violencia racial y las guerras religiosas alcanzarían alturas sin precedentes en la consumación de esta era. <br /><br />Recuerde, fue en este mismo contexto de agitación internacional que Jesús dijo: "Será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin" (Mateo 24:14). <br /><b><br />El último gran movimiento de Dios </b><br />Antes de gastar otro billón de dólares en problemas étnicos irreconciliables, nosotros, la iglesia, debemos posicionarnos como agentes de redención y sanación, tal como se revela en el Reino de Dios. <br /><br />Admito fácilmente que no toda unidad nace de Dios. Para algunos, la unidad significa vaciar la fe de las verdades fundamentales del mensaje cristiano. No queremos unidad sin fe. Pero hay un ámbito que Pablo describe como el mantenimiento de "la unidad del Espíritu... hasta que todos alcancemos la unidad de la fe" (Efesios 4:3, 13). Y en el proceso de construcción y sanación que está ocurriendo entre los líderes, podemos extender la gracia al someternos unos a otros y aprender unos de otros. <br /><br />Esto es en lo que estamos de acuerdo: Jesucristo es nuestro Señor y salvador. Nuestras vidas están arraigadas en la tierra de Su corazón. Su palabra define nuestro camino y el reino de Dios es nuestra patria. Juntos, estamos comenzando corporativamente a manifestar el Reino de Dios. Esto es exactamente lo que le fue revelado a Juan. El escribió:<br /><br />"Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; 10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.” (Apocalipsis 5:9-10). <br /><br />Fuimos comprados por Cristo para Dios, no para estar aislados unos de otros por el orgullo religioso, sino para convertirnos en "reyes y sacerdotes para nuestro Dios". Somos una nueva creación; Dios ha comenzado un segundo Génesis: una cultura cuyo ADN está formado por hombres de "toda tribu, lengua, pueblo y nación", escogidos cuidadosamente, llamados por su nombre por el buen Pastor y unidos entre sí con valores que trascienden las fronteras. de nuestra etnia. <br /><br />Es vital para nosotros, como iglesia de Cristo, regresar a lo que Jesús llamó el "Evangelio del Reino". El Evangelio del Reino hace discípulos, no sólo conversos. Pero si bien el Evangelio del Reino exige más, da más. Porque es el evangelio tal como Jesús lo vivió: lleno de poder, amor y reconciliación. Y sus "buenas noticias" no son simplemente que algún día iremos al Cielo, sino que ese día el Cielo vendrá a nosotros. <br /><p></p>frangipane.org/messageshttp://www.blogger.com/profile/10378205780527218537noreply@blogger.com