Por Francis Frangipane
Hay una guerra, una guerra muy antigua, entre el espíritu de Elías, y el espíritu de Jezabel. En esta batalla tan antigua como el tiempo, Elías representa los intereses del cielo: el llamado al arrepentimiento y el regreso a Dios. Por el contrario, Jezabel representa ese principado único del infierno cuyo propósito es obstaculizar la profunda obra de Dios en la iglesia.
Nuestra nación está del lado vencedor
Para comprender el conflicto entre el espíritu de Elías y el espíritu de Jezabel, debemos entender estos dos enemigos tal como se ven en las Escrituras. Cada uno es la antítesis espiritual del otro. ¿Es Elías un audaz? Jezabel es descarada. ¿Es Elías cruel e inhumano con respecto del mal? Jezabel es maligna y rencorosa hacia la justicia. ¿Habla de las formas, los caminos y la Palabra de Dios? Jezabel está llena de sistemas de hechicería y de palabras de engaño. La guerra entre Elías y Jezabel continúa hoy. Los principales guerreros a cada lado son los profetas de ambos enemigos; el alma de nuestra nación está del lado vencedor.