Una palabra para las mujeres de Dios
Las oraciones de mi madre
Conozco en forma personal el poder de las oraciones de una mujer: las de mi madre. Al final de la década de los sesenta, yo era un joven perdido que vivía en pecado y rebeldía. A juzgar por mi apariencia, era un caso perdido. Pero a pesar de las apariencias externas, mi amada madre católica se presentaba delante de Dios por mí. Yo me resistí, y a pesar de mi pecado, poder divino fue soltado a mi corazón a través de las oraciones de mi madre. El llamado de Dios comenzó a acorralarme. El clamor de mi madre fue incesante e implacable; con frecuencia oraba por mí toda la noche. Estaba embarazada de oraciones por su hijo. En el año 1970 Dios finalmente le respondió, y durante el despertar del Movimiento de Jesús, vine a Cristo.
Los días del Reino de Dios
Por Francis Frangipane
A medida que nos acercamos al cumplimiento de muchas profecías del fin de los tiempos, no debemos dejarnos llevar por el miedo o la incredulidad. El aumento de las guerras, la anarquía y los conflictos étnicos son señales que apuntan a algo más importante que ellos mismos. Recuerde la palabra del Señor, Él dijo: "Así también vosotros, cuando veáis suceder estas cosas, reconoced que el reino de Dios está cerca" (Lucas 21:31).
En efecto, las turbulencias que contemplamos en el mar de la humanidad son causadas por una tormenta en los lugares celestiales: ¡El Reino de los Cielos se acerca! Las señales que nos rodean son en realidad los efectos de una confrontación entre el Reino de Dios y el dominio del infierno. Y mientras las guerras y los rumores de guerras llenan los titulares, también hay otro pueblo que regresa a su patria: el Reino de Dios.