El cielo a nuestro alcance

Por Francis Frangipane

Desde el inicio de los tiempos, el Reino de los Cielos ha sido una realidad interactiva en el destino del hombre. Dios (y los ángeles) hablaron al hombre “desde el cielo” (Gén. 21:17; 22:11; 22:15), el Señor dio al hombre promesas y bendiciones desde el cielo (Gén. 24:7; 49:25), y cuando fue necesario trajo juicios sobre los hombres malvados “desde el cielo” (Gén. 19:24).

En verdad, la revelación del reino de Dios en la Sagrada Escritura no es un asunto incidental. La Biblia registra varios cientos de versículos donde se menciona el cielo o el reino de Dios en sus diversas expresiones. Es este reino el que quisiera que consideremos, primero tal como se revela en el Antiguo Testamento y luego como se manifestó con poder a través de Cristo en el Nuevo Testamento. Nuestro enfoque permanecerá en Dios, por supuesto, pero también debemos aprender de ese ámbito que rodea al Altísimo: Su morada eterna.

Buscando a Dios en Humildad y Fe

Por Francis Frangipane

Cuando imaginamos la idea de buscar a Dios con el rostro inclinado hacia el suelo, la imagen que viene a la mente es la de postrarnos ante nuestro Padre celestial, y así debe ser. Nos acercamos a Él con absoluta humildad. Como representantes de las naciones, confesamos nuestros pecados y los pecados de nuestras culturas delante de Dios, suplicándole que extienda misericordia y perdón, pidiéndole que se mueva en Su compasión y sane nuestra tierra.

Sin embargo, en la humillación de nuestras almas, no debemos descartar la realidad y el poder de la fe. Porque sin fe es imposible agradarle (Hebreos 11:1-6). Sí, inclinémonos, pero también mantengámonos firmes en la fe, porque la mezcla de humildad y fe es una fragancia poderosa.

El lugar de edificación del templo

Por Francis Frangipane

Dos Templos
Las Escrituras se refieren a dos tipos de templos: uno hecho de piedra, el cual fue construido en Israel, y otro hecho de carne, el cual es la iglesia. El primer templo, el de Salomón, fue construido en el lugar específico que Dios había elegido. De la misma forma que el Señor escogió cuidadosamente el lugar donde se habría de edificar el templo de piedra, El está mirando en nuestros corazones, buscando hacer de nosotros Su templo de carne.

Dos importantes acontecimientos contribuyeron decisivamente en la designación del lugar del templo. Estos hechos se desarrollaron a lo largo de muchos años pero fueron sin embargo un retrato de lo que nosotros debemos llegar a ser. El primero lo encontramos en la vida de Abraham.

El lugar no previsto

Por Francis Frangipane

Si nos fijamos en los héroes de la fe en las Escrituras, nos encontraremos con personas que, sin lugar a dudas, eran gente de visión que se encontraron en circunstancias que no se parecían a nada a lo que esperaban. De hecho, fue en este "lugar no – imaginado" que Dios estableció carácter a Su siervo, el que a su vez soltó el poder que cumplió el destino.

Considere la carta de Pablo a los Tesalonicenses. Él escribió de su "gran deseo"  de viajar a la iglesia en Tesalónica más de una vez. Aun así, dijo, "Satanás lo ha impedido" (1 Tes. 2: 17-18).

Ame sólo a uno

Por Francis Frangipane

Hemos afirmado que el verdadero  discernimiento espiritual proviene de conocer la mente de Cristo. Permítame hacer de esta búsqueda lo más practica posible: Si buscamos conocer los motivos de Cristo, prontamente percibiremos Sus pensamientos, porque los pensamientos existen para cumplir los motivos. Jesucristo vino al mundo no, “para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por E” (Juan 3:17). Así, si verdaderamente comprendemos el amor que motivo a Jesus, escucharemos y comprenderemos Sus pensamientos cada vez más.